Estrategia de AMLO contra el crimen organizado ha expandido al narcotráfico

La estrategia del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador de no confrontar directamente al crimen organizado y disminuir la cooperación con Estados Unidos ha ocasionado una expansión de las actividades ilícitas en México, según un experto en Latinoamérica.

Antilavadodedinero / theepochtimes

Desde el 9 de agosto, México registró un recrudecimiento de la violencia en Guanajuato y Jalisco, con enfrentamientos armados e incendios que habrían sido ocasionados luego del arresto de un jefe de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de los más dominantes en México.

Durante la misma semana, los hechos se extendieron en Chihuahua, Michoacán y en al menos cinco municipios de Baja California—estado que comparte frontera con California. Asimismo, las amenazas por parte del CJNG generó que la Embajada de EE. UU. en México emitiera advertencias a sus ciudadanos.

Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirma que hay gobernabilidad en el país y que son los grupos opositores a su gobierno quienes intentan magnificar la violencia del crimen organizado. AMLO ha mantenido una política llamada “Abrazos no balazos” que consiste en atender las causas de la violencia en lugar de perseguir a las organizaciones criminales.

Evan Ellis, profesor de investigación sobre América Latina en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, dijo que esto ha permitido la expansión de las organizaciones criminales.

“Aunque ‘Abrazos no balazos’ no es la estrategia, es una indicación de un esfuerzo que tiene dos componentes–uno es enfocar y reducir la violencia más que atacar frontalmente a los grupos, lo cual ha permitido una expansión de las actividades ilícitas no solo en grupos grandes, sino también en crimen común y en gran variedad de pandillas”, dijo Ellis

El otro componente es la política, dijo, que se ha enfocado menos en una colaboración estrecha con los Estados Unidos, especialmente con la DEA, y más en el uso de la Guardia Nacional y otras organizaciones del estado de mexicano.

“La violencia no es causa sino el síntoma”, agregó. “El problema realmente es el dinero y el poder de estos grupos y su fragmentación, especialmente este fenómeno que hemos visto en los últimos cinco a diez años, en el aumento de brazos armados como los Zetas, el Cártel del Golfo hasta las pequeñas pandillas”.

Señaló también que aunque el crimen ha venido aumentando desde hace años por los flujos de cocaína, heroína, y fentanilo que se envía desde México hacia Estados Unido, este aumento en la criminalidad se debe también a la fragmentación de los cárteles en México.

Ellis también cuestionó el control de los policías municipales bajo el antiguo programa de “Mando Único”, que estuvo en discusión desde el sexenio de Calderón y fue propuesto por Peña Nieto en 2014 a través de iniciativas de reforma a la Constitución.

El Mando Único ha suscitado mucha controversia a lo largo de los años, ya que pretendía centralizar a la policía, así las policías municipales estarían controladas por la policía estatal. Los argumentos en contra del programa señalan que debilitaría la autonomía municipal y las competencias de los gobiernos locales. Algunos incluso consideran que el programa sería un “proceso de militarización de la seguridad pública en México”, según un análisis publicado en el Centro de Investigación y Docencia Económicas A. C. (CIDE).

Ellis dice que para afrontar la inseguridad, México debe reconocer la importancia de desmantelar estas organizaciones y fortalecer su colaboración con Estados Unidos no solo para capturar a los carteles sino también para cortar sus flujos de ganancias.

También advirtió sobre el uso de entidades como China para lavar dinero. “Cuando los dólares producidos en Estados Unidos por los narcos pasan a China, al sistema bancario chino, esto reaparece en instituciones bancarias chinas en México. Esto complica mucho el intento de atacar los flujos de dinero”.

El analista también considera que los crímenes violentos en México continuarán, ya que los grupos están empezando a tomar tanta confianza por la postura del gobierno.

“Están empezando a pensar en utilizar violencia y conflicto para intentar intimidar no solo la población, sino también al Estado”, dijo. “Yo creo que aunque violencia no es causa sino el síntoma, este aumento indica que lo peor está por venir”.

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