La Asociación de Bancos de México ha realizado una serie de recomendaciones para que los usuarios eviten ser víctimas de ciberfraudes, pero principalmente para que no compartan con nadie la información confidencial de sus cuentas bancarias como son nombres de usuario y contraseñas.
Antilavadodedinero / Eleconomista
Con el aumento de las transacciones bancarias por canales digitales -impulsadas aún más por la pandemia de Covid-19-, los ciberdelincuentes han encontrado nuevas formas para defraudar a los usuarios de la banca.
Ante ello, la Asociación de Bancos de México (ABM) ha realizado una serie de recomendaciones para que los usuarios eviten ser víctimas de ciberfraudes, pero principalmente que no compartan con nadie la información confidencial de sus cuentas bancarias como son nombres de usuario y contraseñas.
Adolfo Ruiz, integrante del Comité de Educación Financiera de la ABM, destacó que los bancos, por ningún motivo, piden este tipo de información a sus clientes, por lo que si se recibe algún correo, mensaje de texto o llamada en los que se soliciten estos datos, el exhorto es a que no lo contesten y mejor se comuniquen directamente a su institución.
“En la medida en que las instituciones financieras ofrecen más y mejores candados, se invierte más en ciberseguridad, pero sin el acompañamiento de los clientes y usuarios, sin que sean responsables por el uso de contraseñas e información sensible, va a ser más complicado que podamos actuar y respaldarlos en un momento determinado”, detalló en la sesión de Banca Explica de la ABM, que se transmitió este jueves a través de redes sociales.
Ahí, puntualizó que todos pueden ser vulnerables si no se protege la información; no se aprovechan las herramientas tecnológicas; no se utilizan programas como antivirus en los dispositivos, y si se comparte información sensible en redes sociales.
Cuatro amenazas principales
La ABM resalta que hoy son cuatro las amenazas principales relacionadas con los ciberfraudes: phishing, pharming, keylogger y vishing y smishing.
El phishing son los correos electrónicos fraudulentos, usados normalmente en situaciones de aparente emergencia, que incluyen ligas que llevan a sitios que solicitan la actualización de información confidencial o sensible del usuario. Normalmente tienen errores ortográficos y ofrecen publicidad, premios o promociones no actualizadas.
El pharming, por su parte, consiste en manipular las direcciones de los sitios de Internet de las instituciones para llevar al usuario a una página web falsa. Imita visualmente al sitio seguro y desde ahí se solicita y se obtiene información confidencial o sensible del usuario.
En cuanto a la modalidad de keylogger, esta se trata de un tipo de código malicioso que se instala en la computadora del usuario, recolectando toda la información ingresada a través del teclado y/o ratón, y es enviada a personal no autorizado de forma anónima.
Mientras que el vishing y smishing, son llamadas o mensajes de texto (SMS), a través de los cuales los defraudadores buscan obtener información financiera.
¿Cómo protegerse?
Ante ello, la ABM recomienda no ponerle la situación sencilla a los delincuentes, por lo que sugiere: cuidar y cambiar periódicamente las contraseñas (no poner una que resulte fácil); activar e identificar las notificaciones bancarias; revisar que las direcciones de los sitios web del banco tengan el candado de seguridad que aparece, y ante cualquier duda llamar al banco.
También: evitar utilizar información sensible en redes públicas; estar atentos con el uso del celular; y utilizar las redes sociales con responsabilidad.
“Desafortunadamente muchos de los fraudes que se han visto donde se han vaciado las cuentas, ha sido porque el usuario dio su información confidencial, claves y contraseñas a personas que abusaron de su confianza y las vaciaron. Hemos visto muchos casos así, sobre todo personas de la tercera edad”, mencionó Adolfo Ruiz.