Silvina Moschini, la primera latinoamericana en crear una empresa “unicornio” en la región, asegura que el futuro del dinero digital apunta a más regulaciones y una mayor participación de las mujeres en el mundo de las criptomonedas.
Antilavadodedinero / Elpais
A los 25 años de edad, Silvina Moschini (Argentina, 50 años) era la vicepresidenta más joven de Visa para América Latina. Pero la idea de democratizar el acceso a las oportunidades financieras a cualquier persona la tenía de mucho antes.
En 2008, en plena crisis mundial financiera, comenzó a trabajar en remoto –cuando aquello era una rareza y un concepto incompatible con casi cualquier empresa en el mundo– porque, asegura, quería estar en un lugar bonito, en donde poder oler las flores.
Se fue a Italia y desarrolló lo que daría forma a SheWorks! y Trasnparent Business, que Silvina llevó a la condición de “unicornio” (con una valoración de 1.000 millones de dólares) en 2020. Entre sus proyectos, que refuerzan sus motivaciones iniciales de facilitar el acceso a mejores oportunidades de inversión, figura el de incluir a las mujeres en el mercado de las criptomonedas y empujar para que el actual 2% de capital de riesgo que ellas representan crezca y con ello, una visión femenina que Moschini está segura mejoraría mucho las cosas en el mundo.
Moschini responde a las preguntas de EL PAÍS sentada en su oficina de su casa en Miami, desde donde atiende las entrevistas que otros medios en todo el mundo le solicitan. Lleva una camiseta con la leyenda en inglés que dice: “Trabajo duro, así mi perro puede tener cosas lindas”, y aunque trata de que sus dos perros, san Bernardo se acerquen a la cámara, no lo logra, y con esa energía y calidez que la caracterizan empieza a hablar.
Lleva más de dos décadas hablando, trabajando e innovando en temas de tecnología, trabajo remoto y ahora, en el mercado renaciente de las criptomonedas. Asegura que estamos viviendo las últimas horas del “criptoinvierno” y que, en adelante, una mayor regulación, confianza y accesibilidad, estarán rodeando a las criptomonedas, que ella llama de nueva generación.
Para Moschini, está terminando ahora la primera ola de las criptos. Compara lo sucedido en la década de los 2000, cuando el mundo del internet estaba por colapsar: “Decían que el internet iba a desaparecer, sin embargo, no solo volvió, sino que lo hizo exponencialmente.
Compañías que antes eran de un millón pasaron a ser de un billón, los famosos unicornios, el mercado se pasó a llamar de startups. Y esto pasó cuando se hizo el ajuste de mercado. Lo mismo creemos que está pasando con las criptomonedas.
Salieron criptomonedas de todo tipo, color y pelaje. La mayoría hechas por programadores, porque en realidad es fácil, lo que es difícil es tener un modelo de negocio sustentable, escalable, y que tenga valor”.
La diferencia es que el mercado y los gobiernos estarán enfocados en regularlo, en brindar fortaleza y confianza a las personas que desean invertir en ellas: “Creímos que el futuro del dinero tenía que tener un mercado, que tenía que ser mejor que el papel, que el dólar, el peso, mejor que el oro, y que tenía que tener respaldo universal”, cuenta Moschini, quien también es la creadora de la criptomoneda Unicoin. “Creemos que la gran mayoría de la población no quiere anonimato, no quiere una moneda que funcione en la clandestinidad.
Eso le puede interesar a quien esté involucrado en trata de blancas, trata de armas, de droga, ese tipo de cosas que no tiene trazabilidad. La mayoría de la gente quiere buenas oportunidades de inversión. Y eso es lo que nosotros llamamos una moneda inteligente. Es por eso que la creamos, para capitalizar el universo de Unicorn Hunters”.
Unicorn Hunters es un programa de televisión producido por Moschini, en el que emprendedores acuden a que sus proyectos sean evaluados y examinados por un panel de expertos. Al mismo tiempo, esa dinámica permite que las personas que miran en el show y que tienen las posibilidades, puedan invertir en el que mejor le parezca.
“Los inversores nos preguntaban cómo podían hacer para tomar un pedacito de las compañías, y nosotros lo permitimos al crear Unicoin, que cuando la compras estás comprando directamente acciones de muchas compañías que pasan por el ecosistema de Unicorn Hunters”, explica. “El mundo necesita más millonarios y menos milmillonarios… Más gente que pueda llegar a su primer millón de dólares y no hacer que los que siempre tienen dinero tengan más acceso”, concluye.
Moschini creó She Works! (una plataforma que vincula el talento y las oportunidades laborales de mujeres en todo el mundo) y Transparent business porque quería contratar a gente que ya trabajara en remoto, y, posteriormente, dio paso a Unicorn Hunters, todo esto levantando capital por su cuenta y añadiendo a más personas para ser inversores en las diferentes propuestas que caen en sus manos.
Las mujeres: el mejor recurso laboral y el más desaprovechado
En cada oportunidad que tiene para hablar de sus logros y conocimientos, Silvina Moschini recuerda la filosofía detrás de la palabra “crisis”. Está segura de que es en los momentos más aciagos donde las mejores ideas surgen, porque la necesidad de resolver nuestros problemas más elementales arrojan luz para buscar soluciones a casi cualquier cosa que sucede en el mundo.
Y el hecho de ser una mujer en un mundo manejado por hombres ha sido también uno de los ejes de acción de sus proyectos.
“Vimos que las mujeres eran mejores, y cuando digo mejores no es porque sea feminista, sino porque, efectivamente, el rendimiento que tenían en tasa de contratación y de recomendación era 24% más alto. Están mejores educadas, más satisfacción en el trabajo, rendimientos más altos y en ese sentido las mujeres lograban no solo más cantidad de títulos universitarios, maestrías y doctorados, sino que la mitad del universo, como un 51% se iba por falta de flexibilidad”, cuenta.
En el mercado de las criptomonedas, por ejemplo, a nivel mundial, los hombres tienen en promedio 1.7 veces más probabilidades que las mujeres de poseer criptomonedas. Y de quienes ya las han adquirido, el 37% son mujeres y el 63% son hombres.
Es comprobable, las mujeres han sido históricamente relegadas de temas como la inversión, o la creación de grandes capitales. Moschini asegura que aunque las mujeres son prácticamente las CEO de sus hogares, un porcentaje muy pequeño piensa en crear riqueza. Y reflexiona: “Yo pensaba hace unos días, en que si Putin fuera mujer, la invasión a Ucrania no hubiera sucedido. Porque las mujeres no tenemos esa cosa de probar que soy la más y que me define eso.
Nosotras trabajamos y punto. Y creo que si Elon Musk fuera mujer, haría compañías de impacto, más parecidas a las que estamos construyendo nosotros. Que puedan mejorar la vida de la gente, de hecho, aunque lo hace, la actitud es la distinta. Yo no tengo que andar diciendo, como mujer, representando a mujeres emprendedoras del mundo, que soy la más rica o la más inteligente, no lo necesitamos”.
El 80% de las decisiones de compra las toman las mujeres. Silvina Moschini, está segura de que puede empezar a contribuir a cambiar esa dinámica. A que las mujeres sean el futuro de la economía basada en criptomonedas que, además, tengan respaldo, transparencia y seguridad.