Hace un año, Manuel (seudónimo para proteger su identidad) recibió una llamada en la que un grupo de personas le indicaban que tenían secuestrada a su hermana. Con tono intimidante, le pidieron $5,000 por su vida. Inmediatamente, pusieron al teléfono una mujer que lloraba desconsolada, por lo que el hombre tomó la información como cierta.
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“Todo fue tan rápido. Me decían que debía enviar el dinero y que no podía enganchar, sino la iban a matar”, contó el hombre de 43 años, quien en medio del nerviosismo, dijo el nombre de su hermana.
Luego de enviar $500, el límite diario permitido por ATH Móvil, llegó un amigo y pudo contactar a la hermana de Manuel, quien se encontraba segura. Al confrontarles, los timadores cortaron la llamada.
Recibir este tipo de llamadas puede generar una gran ansiedad, pero mantener la calma puede ayudar a tomar decisiones asertivas y a no caer en timos.
Al tratarse de un ser querido, la psicóloga clínica Yazdel Guzmán Echevarría entiende que el momento puede ser uno de mucha vulnerabilidad emocionalmente. Precisamente, los timadores reconocen la ansiedad que generan las llamadas, por lo que la profesional de la salud mental considera importante tomar un momento para respirar y pensar desde lo racional.
“Muchas veces, las técnicas que ellos usan están basadas en usar esas emociones y esa vulnerabilidad para presionarte en un poco tiempo, para que tomes decisiones rápidas e impulsivas”, indicó la catedrática auxiliar de la Universidad Carlos Albizu, quien aseguró que las emociones son normales en estos momentos.
El director de la División de Robo, Propiedad y Fraude del Cuerpo de Investigaciones Criminales de San Juan, el teniente José Cruz Marrero, instó a tomar en cuenta que este tipo de secuestros son poco comunes en Puerto Rico. Más bien, lo que suele darse con frecuencia son las llamadas fraudulentas, por lo que recomendó que nunca se le brinde mayor información a la que ofrece el potencial timador.
El teniente Cruz Marrero sugirió, además, a inquirir a la persona al teléfono por el nombre de quien supuestamente está secuestrada y por un descripción física. Con esta recomendación coincidió Guzmán Echevarría, quién aconsejó tomar control de la conversación.
“Lo que siempre se pide es que no lo den por hecho y hagan algún tipo de corroboración o llamada a algún familiar o a la misma persona”, aseveró Cruz Marrero.
De no conseguir a la persona, el teniente sugirió contactar a un familiar cercano o un compañero de trabajo que tenga acceso directo al supuestamente secuestrado y pueda validar que está a salvo.
Esa acción que eventualmente tomó el amigo de Manuel fue lo que ayudó a desarmar a los timadores. Ahora, entiende que contactar a la persona que dicen tener secuestrada es el primer paso que se debe tomar, sin embargo, reconoce que, en el momento, la desesperación pudo más.
El teniente Cruz Marrero informó que uno de los esquemas más comunes es que las llamadas provengan de las cárceles y se desarrollen con información de terceros con la que cuentan los reclusos. Asimismo, los timadores pueden obtener la información de las redes sociales de las víctimas, en las que cuentan, por ejemplo, con el nombre de sus familiares y lugar de trabajo.
Importante la prevención y tener un plan de acción
Si bien las recomendaciones brindadas pueden ayudar a evitar fraudes, el pensamiento de que la vida de alguna persona querida pueda estar en peligro puede vulnerabilizar y causar ansiedad.
Para la psicóloga clínica Guzmán Echevarría es importante que, como familia, se desarrolle un plan de acción ante este tipo de situaciones. De esta manera, considera que las recomendaciones y pasos a seguir deben estar escritos y accesibles para que la persona pueda recordarlos y emplearlos.
“Para mí, es importante esa mezcla con la prevención, que se haya hablado de que esto está ocurriendo, que puede pasarle a cualquiera y los pasos a seguir, que tienen que estar escritos porque, en ese momento de vulnerabilidad, establecer el plan, precisamente por la presencia de las emociones, es complicado”, sostuvo.
El documento debe estar accesible a las personas de mayor vulnerabilidad que, a su vez, suelen ser blanco de estas llamadas fraudulentas. Entre estas poblaciones están los adultos mayores y personas neurodiversas.
“Si usted tiene algún miembro de la familia puede estar en esa posición de vulnerabilidad, es importante que previamente se haya dialogado sobre qué son estas llamadas y qué ocurre típicamente cuando te contactan para un tipo de extorsión o fraude, y cómo identificarlo”, puntualizó la psicóloga.
En ese plan no debe faltar, de forma sencilla, qué es lo que suele suceder, las preguntas y exigencias que generalmente realizan, y las acciones que se deben tomar, como contactar a la persona supuestamente secuestrada.