Las autoridades de Angola y Portugal han acusado a Isabel dos Santos de diversos delitos y ordenaron congelar sus bienes. En 2020, por esos señalamientos, ella fue retirada de la lista de multimillonarios de la revista Forbes.
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Isabel dos Santos, hija de un expresidente de Angola y poseedora de una cuestionada fortuna, tiene en su contra una ficha roja de la agencia policial Interpol por pedido de fiscales angoleños que la acusan de corrupción y lavado de dinero, según la agencia de noticias portuguesa Lusa.
Pero los representantes de Dos Santos aseguran desconocer ese pedido para “localizar, arrestar” y extraditar a la empresaria africana. “Hasta el momento, no hay ninguna referencia a la emisión de una orden judicial», dijeron a Reuters.
Dos Santos, en efecto, no estaba este miércoles en la lista de fugitivos en la página de internet de Interpol. La agencia policial, con sede en Francia, no respondió inmediatamente a los mensajes enviados por este medio. Al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) le dijo que no comentaba sobre casos específicos excepto en circunstancias especiales.
Lusa informó que la empresaria de 49 años era buscada por señalamientos de malversación, fraude, tráfico de influencias y lavado de dinero. La ficha roja de Interpol menciona que ella frecuenta Portugal, Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos, países donde tiene casas y empresas, según ese medio.
A Dos Santos le apodan ‘Princesa’ porque desde los seis años ha vivido rodeada de lujos en un país en el que la mayoría de sus habitantes son pobres, de acuerdo con distintos reportes.
Fue considerada la mujer más rica de África y llegó a la lista de multimillonarios de la revista Forbes, pero la sacaron de esta en 2021 tras la congelación de sus bienes por acusaciones de corrupción.
Su padre, José Eduardo dos Santos, gobernó Angola durante casi cuatro décadas, desde 1979 y hasta 2017. Falleció en julio pasado en España por una enfermedad que lo aquejaba desde hacía tiempo.
La ‘Princesa’ de Angola ha negado reiteradamente haberse enriquecido de manera ilícita.
«La señora Isabel dos Santos es una mujer de negocios independiente e inversora privada que representa únicamente sus propios intereses. Sus inversiones en empresas angoleñas y/o portuguesas son transparentes y se han realizado a través de transacciones independientes que involucran a entidades externas como bancos y bufetes de abogados de renombre», dijeron sus abogados a Forbes, que el verano pasado publicó un reportaje que alega que los Dos Santos amasaron una fortuna saqueando las arcas de su país.
La investigación de Forbes afirma que ella se convirtió en la multimillonaria más joven del continente de manera acelerada, gracias a que obtuvo acciones importantes en industrias estratégicas de Angola, como la banca, la importación de diamantes, las telecomunicaciones y la producción de cemento.
En junio de 2016, su padre la nombró directora de Sonangol, la empresa petrolera estatal de Angola, pero el nuevo presidente de ese país la destituyó del cargo en noviembre de 2017.
El petróleo es el mayor activo natural de Angola: allí se producen 650 millones de barriles al año.
En enero de 2020, las autoridades angoleñas acusaron a Dos Santos de malversación y lavado de dinero, y congelaron sus activos. Alegaban que ella y su esposo habían desviado 1,000 millones de dólares en fondos estatales a empresas en las que tenían participaciones durante la presidencia de su padre, incluida la petrolera Sonangol.
Angola también es el cuarto mayor productor de diamantes del mundo y cada año vende gemas por un valor estimado de 1,000 millones de dólares, extraídas de minas situadas en el noreste del país. El concesionario exclusivo es la empresa estatal Endiama.
En 1999 el presidente Dos Santos impulsó una sociedad de venta de diamantes con una empresa llamada Ascorp, en la cual su hija terminó siendo una de las principales accionistas, con una participación del 24.5%, de acuerdo con Forbes.
Tres meses después del congelamiento de bienes en Angola, las autoridades angoleñas acusaron a Dos Santos de malversación y lavado de dinero y pidieron retener sus activos. Así, sus acciones en la empresa portuguesa de televisión por cable y banda ancha Nos fueron congeladas por un tribunal de Lisboa en abril de 2020.
Dos Santos fue objeto de la investigación Luanda Leaks 2020 del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). Esos reportajes mostraron cómo supuestos acuerdos internos, conexiones políticas y facilitadores le ayudaron a beneficiarse de lucrativos negocios en petróleo, diamantes, telecomunicaciones, la banca y bienes raíces.
La queja por la que Interpol emitió la ficha roja, según la agencia Lusa, señala que Dos Santos creó mecanismos financieros corruptos entre 2015 y 2017, “con la intención de obtener ganancias financieras ilícitas y encubrir operaciones delictivas sospechosas”.
Los representantes de Dos Santos dijeron que estaban al tanto de casos penales en Portugal y Angola, pero subrayaron que ella que nunca fue acusada formalmente. “En estos casi tres años ella se puso formalmente a disposición para declarar cada vez que fuera citada”, dijeron a Reuters.
Mencionaron que las autoridades tienen conocimiento de la ubicación de Dos Santos, quien tiene residencias en Dubái y Londres, criticando así su búsqueda policial internacional.
Un fotógrafo de la agencia Getty captó a la empresaria africana cuando salía de la proyección de la película ‘Mother And Son’ durante la 75 edición del Festival de Cine de Cannes, en Francia, el 27 de mayo de 2022. Sonrió al retirarse del evento. Esa es una de las últimas imágenes públicas de Dos Santos.