Recordar para no ser indiferentes ante la corrupción y la impunidad

Claudia Alvarez Troncoso, es abogada y especialista antilavado de dinero y delitos afines a la delincuencia organizada y es miembro del Consejo Nacional, la Comisión de Transparencia y la Comisión de Justicia de Participación Ciudadana, y quién habla sobre la corrupción y la impunidad.

“Recientemente la sociedad dominicana ha sido testigo de los casos de gran corrupción que se han venido develando en la República Dominicana en los últimos dos años, mostrándonos la maraña de entrelazamientos y solapamientos de estructuras fraudulentas enquistadas en el Estado que originaron y emanaron de las altas esferas gubernamentales, poniendo en evidencia vasos vinculantes entre el sector público, actores políticos y el sector privado como un maridaje malévolo entre la corrupción administrativa y la corrupción de cuello blanco, para derivar todo en una organización criminal que se creía, y aún se creen según demuestran con ínfulas de grandezas y actitudes hipócritas y de burla, intocables, protegida por la impunidad y fuera del alcance de la justicia.

Estos casos de cleptocracia son el resultado de las investigaciones realizadas por el Ministerio Público independiente dirigido por la Procurador General de la República, Miriam Germán Brito, y puestos en movimiento por los procuradores adjuntos Yeni Berenice Reynoso (directora del Departamento de Persecución) y Wilson Camacho (director del Departamento de Persecución de la Corrupción Administrativa – PEPCA). Es en este sentido que encuentro oportuno y relevante recordar el libro titulado “Pre y Pos Corrupción en República Dominicana” de la autoría de Faustino Collado Taveras, puesto en circulación en el año 2020 por Participación Ciudadana, movimiento cívico no partidista y capítulo de Transparencia Internacional en la República Dominicana, y en particular comparto el siguiente texto para recordar y no olvidar que no debemos indiferentes a la corrupción y la impunidad. 

“El intelectual, el investigador, el político crítico y ético, el ciudadano y la ciudadana comprometidos no pueden ser indiferentes a esos hechos, a su denuncia y a su punto final, pues afecta directamente al desarrollo y bienestar nacional. Usando sus armas conceptuales y metodológicas, deben hurgar en las simientes, modalidades e instrumentos que utilizan los corruptos para burlarse de la sociedad y llevar a cabo sus crímenes económicos. Develando esas maniobras y prácticas, y proponiendo medidas correctivas, los intelectuales, los ciudadanos conscientes y las comunidades cumplen con su rol científico y social en apoyo del buen gobierno y del uso correcto de los tributos aportados por los ciudadanos y ciudadanas. Pero, la tarea no es fácil por las raíces profundas de la corrupción dentro de los sistemas económico y político.

Las causas y los efectos de la corrupción pública van más allá de lo puramente administrativo y material. Este problema abarca la esencia ética de las personas y la concepción o filosofía política, lo que se refleja en los modelos de sociedad. La corrupción no solo ocasiona un daño financiero, sino, que abarca lo moral, lo institucional, la autoestima generacional, la cohesión familiar y social, la identidad nacional y la imagen internacional de un país.

Pero, indudablemente, es la corrupción política, basada en la preservación o ampliación del poder, que incluye el enriquecimiento ilícito, el mayor abuso, pues, ocasiona las peores consecuencias a las presentes y futuras generaciones al usarse el poder político y la administración para obtener ventajas ilegales, para sí, los asociados y allegados, poniendo en marcha desde lo alto del Estado una acción u omisión depravada que se desparrama hacia las estructuras inferiores, minando y destruyendo símbolos, credibilidades, confianza, riquezas y esperanzas[1].

Delimitando aún más el problema estudiado, nos encontramos que existe un conjunto de leyes sobre la administración pública, de contratos estatales, auditorías e investigaciones financieras del órgano de control externo de los fondos públicos, con vacíos, omisiones, brechas, inclusiones deliberadas, confusiones, ambigüedades, oscuridades, imprecisiones, en su contenido textual, en las indicaciones, plazos y regulaciones que de ellas se desprenden, que ha venido facilitando las violaciones de funcionarios, contratistas y receptores de fondos del Estado con voluntad engañosa, en perjuicio de instituciones específicas del Estado, de la credibilidad profesional y de toda la sociedad. Como se verá, no se trata solo de una ausencia de leyes o del desarrollo de estas, de las normas y sus reglamentos, o de su inobservancia, que también son problemas graves en República Dominicana, sino de la aprobación de normas retorcidas, tramposas, hechas como traje a la medida para usar el Estado para fines personales y facilitar la corrupción.

A ese complot por fuera y por dentro del Estado, pero institucional en todo caso, hemos denominado pre y pos corrupción. Estas dos nuevas esferas o etapas de la corrupción como proceso, también pueden ser tipificadas penalmente, pues contiene el concepto penal de la premeditación y la complicidad.

Los que luchamos en contra de la corrupción tenemos ahora nuevas tareas; además de descubrir y evidenciar el hecho corrupto en sí que genera beneficios ilícitos, hay un ciclo perverso a desenredar, que lo muestro con la siguiente figura: no solo develar la mota de algodón contaminada, sino, ir hacia atrás a buscar el sembrador de la semilla y hasta el creador de la variedad, y regresar a perseguir las hilachas envenenadas en corbatas, sombreros y maletines.”

Claudia Alvarez-Troncoso, Socia Directora EtikaMente GEC. Transparency, Anti Corruption, Ethics, Corporate Governance, DEI. Compliance, ESG, Sustainability. Financial Crime. Mentor Santo Domingo, República Dominicana.

El libro lo pueden encontrar en la página web de Participación Ciudadana, desde donde lo pueden descargar de formar gratuita:  Pre y Pos Corrupción-PC

[1] Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, aprobada por la Asamblea General en su resolución 58/4 en 2003, vigente desde diciembre de 2005.  

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Actualidad

Inscribete en nuestros cursos Online