Un hacker acusado de haber ayudado a permitir piratear videojuegos deberá reembolsar a Nintendo millones de dólares por concepto de daños.
antilavadodedinero / laopinion
El hacker canadiense Gary Bowser, quien manejaba el sitio web Maxconsole, fue liberado de prisión luego de permanecer más de 3 años en ella. Bowser fue detenido en 2020 y extraditado a Estados Unidos, donde se le acusó de participar en un esquema de piratería internacional que ocasionó pérdidas millonarias a Nintendo.
A través del sitio web manejado por Bowser se distribuyó SXOS, un sistema operativo alternativo para la Nintendo Switch que fue diseñado por Team Xecuter para permitir jugar videojuegos piratas. De esta forma los jugadores podían evitar los controles de seguridad de la consola de Nintendo.
Como consecuencia de estos delitos el canadiense fue detenido en República Dominicana en el año 2020 y posteriormente fue extraditado a Estados Unidos donde se estableció que su participación en el esquema de piratería le costó a Nintendo un total de $14.5 millones de dólares. Por este motivo la justicia dictaminó que Bowser deberá pagar dicha suma durante el transcurso de su vida abonando entre el 25% y el 30% de su sueldo bruto mensual a la compañía japonesa.
Esto implica que muy probablemente deberá trabajar durante el resto de su vida para poder pagar el dinero que adeuda.
Hay que destacar que la medida forma parte de un acuerdo de culpabilidad presentado por las autoridades al cual el hacker dio su aprobación. En caso contrario muy probablemente se hubiera enfrentado a una pena de prisión mucho mayor a los poco más de tres años que estuvo tras las rejas.
Reembolsos millonarios
Esta no es la primera oportunidad en la que un hacker que se ha visto obligado a reparar los daños causados por sus delitos informáticos. Un ejemplo de ello pudo verse en 2018 cuando un grupo de hackers rusos llamado APT-28 fue condenado a pagar más de $1,200 millones de dólares en daños y perjuicios a varias empresas de tecnología, incluyendo Microsoft y Cisco.
Los hackers utilizaban técnicas de phishing para obtener acceso a cuentas de correo electrónico y sistemas informáticos, y luego robaban información valiosa y propiedad intelectual. Además de la compensación económica, se ordenó la confiscación de los nombres de dominio utilizados por los hackers y se emitieron órdenes de restricción para evitar que continuaran realizando actividades ilegales.
Un año más tarde en un hecho similar Calin Mateias, un hacker rumano que se hacía pasar por un técnico de soporte de Microsoft, fue sentenciado a pagar más de $8 millones de dólares en restitución y a pasar 10 años en prisión.
El acusado había utilizado técnicas de phishing para obtener información de las cuentas de correo electrónico de las víctimas y había robado información personal y financiera.