as mafias italianas tienen a España como una de sus principales sucursales. «Se ha convertido en uno de los países europeos con la mayor presencia del crimen organizado italiano», según un informe, presentado recientemente, de la Dirección de Investigación Antimafia (DIA) de Italia, la división que reúne a las diferentes policías que participan en la lucha contra estas organizaciones criminales. Dicho de otro modo: la penetración de las mafias en la península Ibérica es hoy un hecho consolidado y que ha ido en aumento.
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La peligrosa ‘Ndrangheta, la mafia de Calabria que controla el tráfico de cocaína al por mayor en Europa, ha echado raíces en la región de Murcia, en Madrid y en Catalunya. La Camorra, la organización criminal de Nápoles, se encuentra en Barcelona, Tarragona, Valencia, Ibiza y también en Tenerife.
Mientras que figuras pertenecientes o cercanas a la Cosa Nostra siciliana tienen «históricamente» presencia en las islas Baleares, además de en Madrid y Zaragoza. En el área de Málaga, en cambio, ningún afiliado o célula de estas mafias destaca sobre el resto; allí están todas, incluso las organizaciones de Apulia, comúnmente conocidas como la cuarta mafia de Italia.
La lista de los clanes mafiosos detectados o con negocios en el país en los últimos 10 años, junto con la de los operativos policiales acumulados, es impresionante. En diversos informes de la DIA, dosieres de otros cuerpos, sumarios, e incluso estudios de criminólogos, aparecen decenas de apellidos de familias mafiosas, algunos de renombre.
Solo por citar algunas, de las dos mafias que más abundan. De la ‘Ndrangheta: en Barcelona, los Piromalli-Molè, los Mancuso, los Romeo; en Mallorca y Madrid, los Maesano-Pangallo; en Valencia, los Barbaro-Papalia-Trimboli; en Canarias, los Raso-Gullace-Albanese y los Parrello-Pagliostro. De la Camorra: en Mallorca, los Zaza-Mazzarella; en Ibiza, los Vigilia y los Micco; en Canarias, los Mariniello-Pignataro, los Nuvoletta y los Mazzarella; en Barcelona, los Moccia (estos tuvieron en la mira el mercado de frutas y hortalizas de la ciudad).
Dos napolitanos detenidos en 2019 por el robo de relojes Rolex en Mallorca. EFE
Cocaína y restaurantes
A Nicola Gratteri, fiscal jefe de Catanzaro y uno de los máximos expertos de ‘Ndrangheta en el mundo (bajo escolta desde 1989), no le sorprende. Para las mafias italianas, subraya, España sirve desde hace años como polo para el tráfico de drogas y el blanqueo de dinero. Son sus negocios principales.
«El tráfico de cocaína coloca a Catalunya y el sur de España como lugares predilectos, mientras que el lavado de dinero se hace principalmente a través de la compra de hoteles, restaurantes y bares en las zonas más turísticas», afirma Gratteri, al señalar también el otro fenómeno peculiar de la incursión de las mafias italianas en España: no se pelean.
Por el contrario, colaboran y se alían, trabajando también junto con bandas locales y europeas y narcos latinoamericanos (en particular, colombianos, pero no solo). «Sencillamente hay espacio para todos», señala a este diario el fiscal. No obstante, añade, en algunos casos se trata de relaciones puntuales que duran solo el tiempo de un acuerdo criminal sobre un cargamento de droga.
Hubo una serie de incautaciones en el puerto italiano de Livorno (norte de Italia) en noviembre de 2019 que ayuda a entender la fluidez de estos entramados. En las investigaciones posteriores, la policía descubrió un vínculo con un célula de la ‘Ndrangheta radicada en Barcelona que, con la ayuda de ciudadanos bolivianos y colombianos, orbitaba entre la ciudad catalana e Italia con el objetivo de abrir un laboratorio de procesamiento de cocaína en el puerto de Gioia Tauro, en Calabria (sur), según reconstruyó el Departamento Antidroga italiano.
No es un caso aislado. Brokers del narcotráfico vinculados a la Camorra napolitana, con nexos con España, también ha sido arrestados en diversos operativos llevados adelante en Europa e incluso en Dubái, en Emiratos Árabes Unidos.
Las criminólogas Anna Sergi y Alice Rizzuti señalan que hay razones muy pragmáticas, desde la óptica mafiosa, detrás de la evolución de este fenómeno, como la importancia de los puertos de Barcelona y Valencia para la ruta que se origina en América Latina (cocaína).
Pero también existen otras, que a primera vista podrían parecer ingenuas y que, sin embargo, han jugado un rol, como las similitudes en el modo de vida, de clima e idioma, junto con «la proximidad con paraísos fiscales como Andorra y Gibraltar», según han escrito en un reciente estudio (2021) publicado por la Universidad de Essex. La realidad es que en Europa «hay más cocaína, ergo, también más network», añade Sergi.
Captura en España en marzo de 2021 del jefe de la banda Marranella, Giuseppe Refrigeri . EFE
Es lo que explica también el tercer uso que hacen las mafias italiana de España: el de tierra de exilio para los huidos de la justicia. «La colaboración con la policía española es buena, el problema son las leyes.
Conseguir la autorización para interceptar un teléfono es muy lento y ellos son muy rápidos», se queja Gratteri, al reconocer que, aun así, también la colaboración con las autoridades italianas y españolas ha aumentado en los últimos años. «El problema es que no se ve como una emergencia», insiste.
Zora Hauser, investigadora del Departamento de Sociología de la Universidad de Oxford, cita el caso alemán para comprender qué significa la solidificación de las mafias en un territorio. «Es un proceso que se da en el tiempo.
En Alemania, los primeros ‘ndranghetistas llegaron en la década de los 60 del siglo pasado, huían de la justicia, pero se estructuraron en los 70 y han operado desde entonces. Lo que pasó es que en 2007 dos clanes se enzarzaron en una guerra, hubo muertos en suelo alemán, y ahí fue cuando finalmente la sociedad alemana se dio cuenta que esas personas no venían de Italia, ya estaban ahí», dice.