Cómo el uso excesivo de videojuegos cambia la conducta en niños

Muchos niños actualmente llegan a terapia por problemas como no levantarse temprano, pegar a sus compañeros, no hacer las tareas o no prestar atención en clase, explicó Rocío Nuricumbo Ramírez, psicoterapeuta infantil y profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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El uso excesivo de videojuegos y dispositivos electrónicos modifica la conducta de niñas y niños, además de elevar el riesgo a desarrollar depresión y ansiedad, afirmó este sábado psicoterapeuta infantil mexicana Rocío Nuricumbo Ramírez.

La también profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explicó que muchos infantes actualmente llegan a terapia por problemas como no levantarse temprano, pegar a sus compañeros, no hacer las tareas o no prestar atención en clase.

“Pero a partir de la pandemia hemos observado un cambio en los motivos de consulta, pues además de los mencionados, los niños se aíslan, ‘se cortan’, no están logrando gestionar de manera adecuada sus emociones, tienen una falta de integración social y pasan mucho tiempo en su recámara o jugando con dispositivos electrónicos”, precisó a propósito del Día del Niño y la Niña, que se conmemora en México el 30 de abril.

La especialista precisó que a partir de 2004 hubo un cambio drástico en las forma de socializar de los infantes, pues mientras antes se jugaba en las calles y parques, actualmente los niños juegan encerrados en sus casas y de manera individual o remota.

“Algunos padres y madres de familia intentan una mayor socialización y los inscriben en actividades extraescolares, como algún deporte o taller artístico, pero esas son actividades estructuradas, muy distintas a salir libremente a jugar a la calle con otros niños”, recalcó.

Este aislamiento, argumentó, se ha vuelto más significativo en la era de los videojuegos y dispositivos electrónicos.

“Una modalidad de socialización es que a veces se conectan con sus propios compañeros en línea y hacen juegos virtuales, pero el riesgo es que a veces no hay una supervisión adecuada de los padres y madres acerca de con quién interactúan, qué temas ven en pantalla y cuántas horas pasan con los dispositivos electrónicos”, refirió.

Lo deseable para la psicoterapeuta es combinar estas ocupaciones con otras que sean físicas y procuren mayor socialización real con más menores.

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