El destino de las ganancias de los supermercados chinos siempre fue un misterio. Solo hay algo concreto: son comerciantes que prácticamente no invierten en Argentina. Desde 2020 la Justicia investiga a una organización compuesta por argentinos y chinos que se dedicaría a la compra y venta de criptomonedas. Algunos de sus principales clientes serían supermercadistas que tienen como objetivo comprar en cuevas del centro porteño y venderlas en China.
Entre el miércoles y el jueves se realizaron 26 allanamientos. Los investigadores tenían 19 pedidos de detenciones del Juzgado Federal 2 de Lomas de Zamora. Cinco son chinos, y serían los dueños de «la bóveda». De esa manera llaman a la casa de cambio identificada como «Más divisas». Los otros 14 son argentinos y se dedicarían a tareas administrativas. Hasta el momento hay 15 detenciones y cuatro personas siguen prófugas.
«Es como ir a una cueva y comprar o vender dólares. Es lo mismo: entrás y pedís liquidar o comprar un bitcoin o las monedas que quieras», explica una persona con acceso a la investigación. Y aclara: «lo que se analiza es un posible lavado de dinero de un delito precedente. Además de contrabando de divisas y evasión fiscal».
Los líderes de la organización tienen un perfil distinto al supermercadista que suele vivir en piezas linderas a los comercios. Son vecinos de barrios cerrados del Oeste del conurbano. «Aunque no se mueven en autos o camionetas de alta gama. El único gusto que se dan es la vivienda», detalla la fuente.
La oficina «central» de la organización se encuentra en un edificio de Esmeralda y Paraguay. Fue allanada y se secuestró documentación, máquinas contadoras de billetes y efectivo. También administraban «Más Divisas», en Avenida de Mayo al 400, de Ramos Mejía, La Matanza, entre otras cuevas. La Dirección General de Aduanas (DGA), la Dirección General Impositiva (DGI) y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) estuvieron a cargo de los operativos, que incluyeron allanamientos a las viviendas de los imputados.
En el total de los allanamientos se secuestraron 14 millones de pesos, 650 mil dólares, 32 mil reales, 13 mil euros y monedas de Australia, Perú, Japón, Qatar, Paraguay y Chile, entre otros países. Además fueron encontrados casi 400 gramos de oro.
«El argentino medio ahorra en dólares», hipotetiza la fuente con acceso al expediente. «¿Pero qué hace el extranjero que está en Argentina y quiere sacar dinero a su país?», pregunta. Las financieras y cuevas, históricamente, ofrecieron el sistema de «cables»: consiste en acreditar sumas de dinero en el país que el cliente lo pida, a cambio de un porcentaje. Y hacen lo mismo con clientes que tengan el efectivo en el extranjero y lo quieran en Argentina.
«Pero con las cuevas de criptos todo es más fácil: comprás en un país y las vendés en otro. Los clientes chinos son capitalistas; gente que tiene varios supermercados y que necesita hacer llegar su dinero a China», cuenta otro investigador. Los «macronarcotraficantes» que envían cocaína desde Sudamérica para sus clientes de Europa también utilizarían la misma vía. Compran monedas virtuales en el viejo continente y les envían los códigos a sus colegas sudamericanos, en concepto por la compra del cargamento. Luego, accederán al efectivo gracias a las cuevas de moneda virtual.
La orden de allanamiento incluyó el pedido de «requisas vehiculares» de 11 autos. Se secuestraron 13. En uno de ellos, en uno de los operativos realizados en Iguazú, Misiones, se descubrieron 575 mil dólares. Como se cree que el auto tenía como destino Paraguay, una de las hipótesis de los investigadores es que los imputados «contrabandeaban los dólares en la triple frontera».
Otro de los pedidos del Juzgado fue la convocatoria de personal idóneo en materia tecnológica y especializado en criptomonedas con el «propósito de que, una vez que se produzca la apertura de los dispositivos móviles procedan a analizarlos, en búsqueda de evidencias que permitan acreditar las conductas ilícitas investigadas».