Lo dijo Rashmi Singh en el ciclo de conferencias “Terrorismo y Radicalización de la Violencia en el Cono Sur” organizado por el Centro de Estudios sobre Seguridad Hemisférica, Terrorismo y Criminalidad Financiera de la Universidad de Buenos Aires.
La especialista en terrorismo Rashmi Singh advirtió que hay actividad terrorista en la zona de la Triple Frontera durante su exposición en el ciclo de conferencias “Terrorismo y Radicalización de la Violencia en el Cono Sur”. “Lamentablemente cuando se estudia el terrorismo el enfoque siempre se pone en el ataque”, dijo Singh y agregó “para entender el terrorismo lo tenemos que ver como un ciclo. No existe ataque sin propaganda, sin construcción narrativa, sin reclutamiento, sin financiación, sin capacitación, sin vigilancia, sin reconocimientos, sin un montón de cosas como adquisición de recursos, de armas.”
La especialista internacional afirmó que “existe todo un ciclo que ocurre previo al ataque y que continúa luego del ataque; hay un ciclo del ataque terrorista que es mucho más que el ataque en sí mismo”. Y añadió: “¿Ha habido algún ataque terrorista en la Triple Frontera? No. ¿Hemos visto otras formas variadas de actividad terrorista dentro de lo que es el ciclo terrorista? Sí.” Con relación a esa afirmación, Singh reveló que se ha detectado reclutamiento, actividad de propaganda, construcción narrativa, financiamiento, adquisición de recursos y mucho más. “Entonces yo diría ‘sí, tenemos actividad terrorista en la Triple Frontera’”, concluyó.
La experta disertó en el curso especial de posgrado organizado por el Centro de Estudios sobre Seguridad Hemisférica, Terrorismo y Criminalidad Financiera de la Universidad de Buenos Aires (CESH/UBA); con el apoyo institucional de la Fundación de Investigación en Inteligencia Financiera (FININT) y de TAEDA; y el auspicio de Infobae.
Rashmi Singh es profesora asociada del Programa de Posgrado en Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Minas Gerais, Brasil. Tiene un doctorado en Relaciones Internacionales de la London School of Economics and Political Science. Además es cofundadora y codirectora de la Red de Investigación sobre Terrorismo, Radicalización y Crimen Transnacional (TRAC) y Coordinadora del Laboratorio de Investigaciones y Proyectos en Relaciones Internacionales de la PUC Minas. Tiene más de 20 años de experiencia trabajando en el tema del terrorismo con especial atención en Oriente Medio y el sur de Asia; y recientemente, ha ampliado su enfoque para incluir el crimen organizado y América Latina, en particular la región del Cono Sur.
Singh es editora asociada de Perspectives on Terrorism y forma parte de los consejos editoriales de International Politics, International Journal of Conflict and Violence y Asian Journal of International Peace and Conflict. Fue profesora de Estudios sobre Terrorismo en la Universidad de St. Andrews de 2008 a 2016; y también se ha desempeñado como miembro del Consejo de la Agenda Global sobre Terrorismo del Foro Económico Mundial entre 2013 y 2014.
Durante su exposición, Singh presentó los resultados de un proyecto enfocado en la Triple Frontera que comenzó en febrero de 2021 hecho junto con la Red Colaborativa de Investigación sobre Terrorismo, Radicalización y Crimen Organizado de la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais. El objetivo era obtener información sobre la actividad en cuatro centros de comercio ilícito: en América Central, en Panamá, Guatemala y Belice; en Sudamérica, en la Triple Frontera; en Oriente Medio, en Dubai y en los Emiratos Árabes Unidos; y en Europa del Este, en Ucrania.
Según el trabajo en la Triple Frontera hay un vínculo muy peculiar entre la delincuencia organizada y las redes terroristas. La lista de comercio ilícito en la región incluye narcotráfico, contrabando, tráfico de armas, trata de personas, contrabando de fauna, falsificación de productos de tabaco y alcohol, tráfico de oro, entre otros.
La economía ilegal en la región se ve facilitada por un entorno con controles muy débiles y por una corrupción muy extensa, generando transacciones por 50.000 millones de dólares al año, considerada la tercer área de libre comercio más grande del mundo, detrás de Miami y Hong Kong.
La investigación -según contó Singh- logró identificar que en la frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay el tráfico de armas es la actividad que se encuentra en el primer lugar del comercio ilícito, seguido por la trata de personas y el narcotráfico. Estas transacciones ilegales generan 210 mil millones de dólares en pérdidas para el fisco lo que equivale al 2 por ciento del PBI de Latinoamérica.
Singh relató además que se da un hecho muy particular en la región: desde Brasil se envían armas de manera legal a Paraguay y ese mismo armamento vuelve de forma ilegal a Brasil para ser utilizadas por grupos criminales como el PCC o el Comando Vermelho.
Con relación a la droga, la especialista reveló que el 98 por ciento de la marihuana que se produce en Paraguay se exporta, de esa cantidad el 20 por ciento va a Argentina, Uruguay, Chile y Bolivia y el 80 por ciento restante tiene como destino a Brasil. Destacó que en la zona hay gran cantidad de lavado de dinero facilitado por la falta de controles y porque en la Triple Frontera la economía se mueve casi en su totalidad con dinero en efectivo.
La especialista mencionó también que se está registrando un incremento en la Argentina de robos de jets privados por parte de organizaciones delictivas que luego son adaptados para el transporte de mercaderías ilícitas como drogas y armas.
El coordinador académico del CESH/UBA, Sebastián Martinenco señaló, en diálogo con Infobae, que “es importante comprender que la zona de la triple frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil no es un trifinio que concentra el despliegue de actividades criminales y terroristas con funcionamiento aislado o autónomo, sino que, por el contrario, representa uno de muchos centros geográficos de similares características localizados alrededor del mundo y que funcionan de modo interconectado para el desarrollo de dichas actividades, lo que evidencia la existencia de una “amenaza compuesta” que requiere de esfuerzos conjuntos por parte de todos los Estados para su combate.”
Por su parte, Juan Félix Marteau, Director del CESH/UBA remarcó que es muy importante este tipo de enfoques científicos con una visión conceptual y teórica muy relevante y destacó que “cuanto más profundas son este tipo de investigaciones más notable es la diferenciación con respecto a la visión oficial de los Estados con relación al problema de la Triple Frontera.”