Para frenar las drogas sintéticas, el Departamento de Estado destinó más de USD 100 millones. Producción barata y rápida genera consecuencias catastróficas.
Las drogas sintéticas y sus desafíos a nivel mundial fueron el centro del evento organizado por el secretario de Estado de EEUU, Antony J. Blinken, de forma paralela al 78.º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En la actividad, realizada el 18 de septiembre y en la que participaron líderes internacionales y representantes de organizaciones internacionales, del sector privado y la sociedad civil, se indicó que la consigna es “abordar las amenazas a la salud pública y la seguridad asociadas con las drogas sintéticas a través de la cooperación mundial”.
Esto como parte de la agenda de la Coalición Global para Abordar las Amenazas de las Drogas Sintéticas, integrada por 90 países, que ofrece una plataforma para el intercambio de conocimientos, ideas y esfuerzos con la meta de “desarticular a las redes delictivas que son responsables de la producción y distribución de drogas sintéticas, así como para compartir las mejores prácticas universales sobre reducción de daños por consumo de sustancias”.
El Departamento de Estado destinó más de USD 100 millones en asistencia “para desarrollar la capacidad de socios en todo el mundo de detectar, identificar e interceptar drogas sintéticas”.
De acuerdo con un comunicado, esos recursos tienen como destino la ejecución de programas de tratamiento, prevención y recuperación, además del respaldo de alternativas al desarrollo de sistemas de encarcelamiento, «poniendo foco en el tratamiento por consumo de drogas”.
La Coalición Global para Abordar las Amenazas de las Drogas Sintéticas mantendrá reuniones regulares a partir del próximo mes de octubre. El secretario de Estado de EEUU anunció que planteará una resolución en la ONU para convocar a la comunidad internacional a tomar medidas contra el tráfico de fentanilo.
En julio, el subsecretario de la oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de Ley del Departamento de Estado, Todd D. Robinson, dijo que realizan esfuerzos para prevenir el tráfico de narcóticos en en América Latina.
Auge del fentanilo
De acuerdo con el Informe Mundial sobre las Drogas 2023 presentado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en junio de este año, “a escala mundial, más de 296 millones de personas consumieron drogas en 2021, lo que supone un aumento de 23% con respecto a la década anterior”.
39.5 millones de personas padecen trastornos por consumo de drogas. La ONU puntualiza que esta cifra significa un incremento de 45% en 10 años.
Naciones Unidas advierte en el informe sobre drogas que “la producción barata, fácil y rápida de drogas sintéticas ha transformado radicalmente muchos mercados de drogas ilícitas”.
En ese sentido, en Norteamérica, el fentanilo altera “drásticamente” el mercado de opiáceos con consecuencias catastróficas. Según los registros documentados por la ONU, en 2021, “la mayor parte de las aproximadamente 90,000 muertes por sobredosis relacionadas con opioides en Norteamérica implicaron fentanilos fabricados ilegalmente”.
Una investigación encabezada por la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA) señala que en EEUU, el número de personas fallecidas por sobredosis de fentanilo, combinado con otros estimulantes, entre 2010 y 2021 se ha multiplicado por más de 50.
La extensión del fentanilo después de EEUU también es una realidad en Alemania, Reino Unido y España.
Además del fentanilo, el tramadol, la metanfetamina, captagón y la ketamina son otras de las sustancias con mayor presencia en los mercados ilegales de tráfico de drogas en el mundo.
En 2021, la Unidad Europea de Cooperación Judicial, Eurojust, publicó un documento según el cual la producción de drogas sintéticas ha seguido incrementándose en la Unión Europea. Las estimaciones son que este mercado ilícito mueve alrededor de 30.000 millones de euros por año.
Tratamiento clave
Naciones Unidas también llama la atención sobre la importancia de un mayor monitoreo del impacto de las sustancias psicodélicas en la salud pública «debido a los acelerados cambios normativos y los ensayos clínicos con estas sustancias».
En el informe de este año, la organización puntualiza que «la salud pública, la prevención y el acceso a los servicios de tratamiento deben ser prioritarios en todo el mundo o los desafíos relacionados con las drogas dejarán atrás a más personas».
De vital importancia es también, resaltan, «la necesidad de que las respuestas policiales estén a la altura de los ágiles modelos de negocio de la delincuencia y de la proliferación de drogas sintéticas baratas y fáciles de comercializar».
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que las sustancias psicoactivas son diversos compuestos naturales o sintéticos, «que actúan sobre el sistema nervioso generando alteraciones en las funciones que regulan pensamientos, emociones y el comportamiento».
En este punto, advierten que el repetido y prolongado uso de estas sustancias propicia el desarrollo de trastornos por dependencia, que se convierten en crónicos y recurrentes, «caracterizados por necesidad intensa de la sustancia y pérdida de la capacidad de controlar su consumo, a pesar de consecuencias adversas en el estado de salud o en el funcionamiento interpersonal, familiar, académico, laboral o legal».
