Tres muertos en menos de 24 horas. 12 personas asesinadas en los últimos 21 días. Suecia es incapaz de contener el crimen organizado y su violencia. Una lacra que lleva arrastrando más de una década, pero que a raíz de los últimos altercados, y muertes, por la guerra entre pandillas ha vuelto a causar un intenso debate político en el país escandinavo y ha llevado al Gobierno sueco a solicitar la ayuda del Ejército.
Cómo frenar este fenómeno es el interrogante que se hacen los políticos suecos. Septiembre se ha convertido en el mes más mortífero en Suecia de los últimos siete años. El pasado miércoles, un joven fue asesinado durante un tiroteo en una barrio residencial de la capital, Estocolmo. El suceso tuvo lugar cerca de un centro deportivo donde un grupo de niños disfrutaba de un entrenamiento.
«Personas inocentes sin ningún vínculo con el crimen organizado, incluidos varios niños que llegaron a entrenar, debieron presenciar una vez más un tiroteo despiadado en el cual un hombre fue abatido», denunció el primer ministro Ulf Kristersson, en la cadena de televisión sueca TV4. «Niños llorando con uniformes de fútbol y sus padres preocupados.
Mis pensamientos están con todos esos niños, sus madres y sus padres. Esos asesinos temerarios no dejarán de dispararse entre sí y contra otros hasta que los detengamos», sentenció Kristersson.
Pero la ola de violencia que ha sacudido a Suecia la semana pasada no termina aquí. Otro tiroteo tuvo lugar, horas después del primero, en otro barrio de Estocolmo, donde dos personas resultaron heridas, una de las cuales murió. Posteriormente, en la noche del miércoles al jueves, se produjo una explosión en un barrio de la ciudad universitaria de Uppsala, que acabó con la vida de una joven de 25 años.
«Suecia está en una situación excepcional que no tiene parangón en Europa», aseveró el primer ministro sueco, durante una rueda de prensa, tras mantener una reunión con el jefe de las Fuerzas Armadas, Micael Bydén, y el jefe de la Policía Nacional, Anders Thonberg. Kristersson explicó que la Policía Nacional no puede luchar contra el crimen organizado en solitario y, por ello, han solicitado la ayuda del Ejército.
La oposición, a favor del Ejército
La lacra del crimen organizado ha conseguido unir a todos los políticos bajo un único objetivo: poner fin a la violencia que esta acarrea. La líder opositora, la socialdemócrata y ex primera ministra Magdalena Andersson, aplaudió el apoyo de las Fuerzas Armadas, y apeló, además a la «unidad» entre partidos.
La guerra de las pandillas en Suecia no conoce fin. El propio jefe la Policía Nacional, Anders Thonberg, ha advertido que hasta «los niños se unen a las pandillas para matar». «Sabemos quiénes son», apuntó Thonberg, que también explicó que «muchos de ellos han sido puestos en prisión preventiva por un tribunal sueco, pero se encuentran en el extranjero».
La mayoría de estos actos delictivos en Suecia se relacionan con la red criminal Foxtrot, en la que se ha producido una división entre dos de sus líderes, Rawa Majid, apodado el ‘Zorro kurdo’, e Ismail Abdo, ambos se encontrarían presuntamente en Turquía, desde donde coordinarían todas las operaciones delictivas.