El flujo de remesas hacia México experimentará una desaceleración en el corto plazo ante un crecimiento más lento del empleo en Estados Unidos y la moderación de los salarios para los trabajadores, anticiparon analistas del equipo de investigación económica en el Banco de la Reserva Federal de Dallas.
Explicaron que las altas tasas de interés que se están aplicando en Estados Unidos ya han impactado en la industria de la construcción residencial a medida que la demanda se ha enfriado y el financiamiento se ha agotado.
En un análisis especial, titulado “El sólido mercado laboral estadounidense genera remesas récord a México”, sostuvieron que ante el panorama de tasas altas por más tiempo, se puede prever que se estancarán los proyectos nuevos de construcción y los que ya están en marcha se suspenderán o se reducirá su tamaño, lo que inevitablemente afectará la demanda de mano de obra.
En los últimos 12 meses (de septiembre del 2022 a agosto del 2023), el flujo acumulado de los ingresos por remesas fue de 62,588 millones de dólares, una entrada sin precedentes de dólares para un periodo similar.
En lo que va del año, el Banco de México reporta la entrada de 37,941 millones de dólares entre enero y agosto. Cada mes del último semestre las familias receptoras han captado más de 5,000 millones de dólares en remesas.
Desincentiva peso fortachón
En el análisis, liderado por el economista senior de negocios en el Departamento de investigación de la Fed de Dallas, Jesús Cañas, reconocieron que otro factor que puede obrar en contra del flujo de remesas es la fortaleza del peso mexicano que ha disminuido el poder adquisitivo del dólar.
De acuerdo con el análisis, cuando el peso gana terreno frente al dólar suele reducirse el incentivo para enviar remesas.
El Centro de Estudios Monetarios de Latinoamérica (Cemla), ya había advertido que la fortaleza del peso frente al dólar estaba reduciendo el poder adquisitivo de las remesas.
De acuerdo con el estudio, al hacer el comparativo en pesos mexicanos, que es como se gastan las remesas en el país, resulta que los hogares beneficiados por estos flujos sintieron una caída de 12.6% real en los ingresos captados por esta vía durante agosto, respecto del rendimiento que tenían con estos recursos el mismo mes del año pasado.
Esta contracción incorpora el efecto de una depreciación cambiaria de 18.7% así como la erosión del poder adquisitivo que genera una variación de la inflación de 4.64% también anual.
Procedencia ilícita, probable
En el análisis de la Reserva de Dallas, reconocieron que “no todas las remesas representan fuentes legales de ingresos”.
“Es probable que los cárteles de la droga envíen ganancias ilícitas a México aunque los transmisores de dinero y las instituciones depositarias que realizan transferencias de remesas están sujetos a requisitos contra el lavado de dinero según la Ley de Secreto Bancario (que opera en Estados Unidos)”.
Admitieron que las remesas pueden plantear riesgos de lavado de dinero, ya que “los fondos relacionados con actividades ilícitas pueden pasar desapercibidos debido al gran volumen de transacciones”.
Se apoyaron en “algunos informes periodísticos” para considerar que “menos de 10% del total de las remesas que llegan a México podrían tener su origen en actividades ilegales”. Esto es, unos 4,400 millones de dólares, consignaron.