El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, anunció varios cambios en su gabinete, que incluyeron a los responsables del Ministerio del Interior, la Cancillería y el Ministerio de Industria, como respuesta a la crisis política desatada por la entrega de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset y por el presunto intento de ocultar pruebas de ese trámite, que investiga la Justicia.
En conferencia de prensa en la noche del sábado, el mandatario anunció que aceptó las renuncias de los dos ministros que estaban en el ojo de la tormenta por este caso: el canciller Francisco Bustillo –cuya salida ya había sido anunciada– y el ministro del Interior, Luis Alberto Heber.
Además, dejaron el cargo por este asunto el viceministro del Interior, Guillermo Maciel, y el asesor personal del presidente en Comunicación, Roberto Lafluf.
Nicolás Martinelli será el nuevo ministro del Interior y el hasta ahora ministro de Industria, Omar Paganini, será el nuevo canciller. En Industria, para sustituir a Paganini, quedará Elisa Facio como ministra.
Este efecto dominó de cambios se genera luego de que el miércoles se dieran a conocer una serie de audios de llamadas telefónicas grabadas y chats en los que presuntamente se intentaba ocultar a la Justicia un chat en el que Maciel advertía sobre la peligrosidad de Marset en el mismo momento en que se estaba tramitando su pasaporte.
Ese documento fue lo que permitió que el narcotraficante uruguayo quedara en libertad, a comienzos de 2022, luego de haber sido detenido en Dubái, a fines de 2021, por portar un pasaporte paraguayo falso.
En la grabación de audio, que la exvicecanciller Carolina Ache entregó a la Justicia, se escucha una voz, supuestamente de Bustillo, sugiriéndole que pierda el celular donde estaba ese chat.
Ache también dijo ante la Justicia que el asesor presidencial Lafluf la convocó al piso 11 de la Torre Ejecutiva –donde está ubicada la oficina del presidente– donde, según denunció, les pidió a ella y a Maciel que borraran esos chats.
En la conferencia de prensa del sábado, Lacalle reconoció que fue él quien convocó esa reunión “a los efectos de tener una línea única de trabajo y de acción” ante las diferencias que existían sobre si esas conversaciones debían ser entregadas a la Justicia. Explicó que pasó “dos minutos” por esa reunión, pero, según el mandatario, no participó en la misma.
En momentos que la Justicia sigue adelante con la investigación del caso, Lacalle agregó que los ministros, viceministros y el asesor renunciantes “defenderán su honor y su persona” y subrayó que tiene “la íntima convicción” de que no tienen “responsabilidad legal” en el otorgamiento “del famoso pasaporte”.
“Tengo la conciencia tranquila”, agregó el mandatario.
Sobre Sebastián Marset –quien sigue prófugo– pesa una alerta roja de Interpol, por supuestos tráfico de estupefacientes, asociación criminal y lavado de dinero.