Rosa Betancourt Bedoya, alias ‘la Abuelita’, se reveló como la cabeza de una organización delictiva especializada en la distribución de gomitas alteradas con sustancias como fentanilo y tusi, en varias zonas de Bogotá y Chía, en Cundinamarca.
Además de supervisar la distribución de estas peligrosas golosinas, Betancourt Bedoya también era responsable de la fabricación de las gomitas, donde se llevaba a cabo la mezcla letal, según lo demostraron las intervenciones telefónicas.
Esta es parte de la conversación:
La Abuela: ¿Qué más, papá?
Esteban: Bien, abue, gracias a Dios. ¿Tú?
La Abuela: Bien, aquí trabajando, preparando la comida.
Esteban: Abue, ¿te falta mucho?
La Abuela: No, no mucho.
Esteban: ¿Mando al pelado de una vez?
La Abuela: ¿Cuántas tengo? Como 90.
Esteban: Sí, pues mientras el pelado va de aquí para allá, tú terminas de empacar, ¿sí?
La Abuela: Sí.
Esteban: Ya le digo que vaya, chao.
En el marco de la operación denominada ‘Olimpo’, las autoridades lograron la detención de 5 individuos, incluida ‘la Abuela’, confiscando más de 500 pastillas de diversas drogas sintéticas, 55 teléfonos celulares, grameras, bolsas plásticas con cocaína y marihuana, dinero en efectivo y un arma de fuego traumática.
Los otros detenidos fueron identificados como Sergio Esteban Torres Borja, Félix Santiago Mejía Garavito y Bryan Enrique Pérez Araújo.
Según la Fiscalía General de la Nación, la banda comercializaba estas sustancias cerca de instituciones educativas, universidades y áreas de entretenimiento nocturno en localidades como Antonio Nariño, Barrios Unidos, Chapinero, Puente Aranda, Rafael Uribe Uribe, Suba y Usaquén, en Bogotá; así como en Chía, en Cundinamarca.
La Fiscalía General de la Nación detalló que “en diversas conversaciones registradas por los investigadores, se estableció que estas personas aparentemente adquirían fentanilo y otros opioides o medicamentos para el dolor, los cuales eran mezclados con drogas sintéticas para potenciar sus efectos nocivos”.
Aunque los cinco arrestados no admitieron los cargos imputados por tráfico, fabricación y porte de estupefacientes, así como concierto para delinquir, fueron privados de la libertad con medidas de aseguramiento en un centro penitenciario.