Tren de Aragua: expansión de una megafranquicia del crimen en América Latina

El Tren de Aragua, organización criminal de Venezuela que se consolidó al poder en el 2013, tiene una década convertida en una de las mayores marcas criminales de Sudamérica. Acá algunos de los casos más emblemáticos de actividades criminales atribuidas al Tren de Aragua.

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OjoPúblico —como parte de NarcoFiles, la serie investigativa coordinada por Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP)— accedió a una masiva filtración de documentos policiales y fiscales de Colombia que ayuda a revelar cómo opera, se expande y financia este grupo delictivo.

La investigación —basada también en bases de datos propias, expedientes judiciales, reporteo de campo y entrevistas a altos mandos policiales y fiscales del Perú— es además una radiografía de la violenta economía del crimen.

Las autoridades colombianas rastrearon la expansión del Tren de Aragua y sus facciones desde Venezuela hacia Colombia, Ecuador y Perú. Gran parte de los documentos policiales revelan el alarmante nivel de violencia de esta organización criminal, en años de compartir áreas limítrofes con los Grupos Armados Organizados Residuales (GAOR) o las disidencias de las FARC, como se ha bautizado a los herederos de los cárteles y las organizaciones terroristas de antaño.

Solo en Perú, OjoPúblico identificó —a través de una sistematización de información oficial producida entre 2018 y 2023 por la Policía, la Fiscalía y distintos medios— los casos más emblemáticos de actividades criminales atribuidas al Tren de Aragua y sus facciones operativas en la capital.

El análisis determinó que durante los últimos cinco años la Policía capturó al menos a 219 personas vinculadas al Tren de Aragua. Los lugares donde se realizaron estas detenciones son Lima Metropolitana, Callao, La Libertad, Arequipa, Lambayeque, Ica, Cusco, Tacna. El 83,5% de estas detenciones (183) se produjeron en 2023. 

En Lima Metropolitana, las detenciones han ocurrido en distritos como San Martín de Porres, Comas, Independencia, Los Olivos, Lince, San Juan de Lurigancho, Chorrillos, Santa Anita, Ate. En regiones, la provincia que tiene más capturas vinculadas a presuntos miembros del Tren de Aragua es Pataz (8), en La Libertad.

El origen de una megafranquicia criminal

El Tren de Aragua nació y creció durante los primeros años del gobierno de Hugo Chávez y de sus gobernadores bolivarianos. La mayor franquicia del crimen organizado se forjó en Venezuela entre 2007 y 2010, en el corazón del gremio sindical de trabajadores de la construcción del tren de Aragua, un estado habitado por 1,3 millones de personas, ubicado a orillas del Lago Valencia, a una hora y media de Caracas y cerca del Mar Caribe.

Este grupo delictivo consolidó su expansión y transformación después de la muerte de Chávez, en 2013. Desde entonces, con Nicolás Maduro como jefe de Estado, y el abogado Tareck El Aissami como gobernador de Aragua, entre 2012 y 2017, la organización dejó de ser una simple fuerza criminal local, para convertirse, en solo una década, en una organización transfronteriza. Lo consiguieron atacando o enfrentando a las fuerzas de seguridad del régimen bolivariano, a otras bandas de alcance regional, o disputándose territorios en zonas de frontera con los rezagos de agrupaciones, con mayor experiencia y poder, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o el Ejército de Liberación Nacional (ELN). 

En 2021, mientras los gobiernos del hemisferio sur aún estaban concentrados en la pandemia, el crimen organizado se instaló y tomó el control de varias zonas de ciudades importantes. 

Aquel año, según reportes secretos —a los que OjoPúblico tuvo acceso como parte de la serie NarcoFiles—, la Fiscalía de Colombia ya tenía 56 casos relacionados al Tren de Aragua en todo el país. Los crímenes empezaron a multiplicarse en el Norte del Santander y Arauca, en la frontera con Venezuela; Nariño, en el límite con Ecuador; y en Bogotá. 

Pero no solo son los miembros de la organización criminal venezolana quienes rotan de posición. Según Jorge Chavez Cotrina, fiscal superior titular y coordinador nacional de las Fiscalías Especializadas en contra la Criminalidad Organizada, las víctimas también pueden ir moviéndose de locación. 

“Mueven a las víctimas, un mes las tienen en Arequipa, otro mes las traen en Lima, en Lima las tienen 15 días […]. Si se portan mal las mandan a Cajamarca, las tienen un mes y de ahí a Cajabamba. Están rotando a las víctimas”, explica Chavez Cotrina. Al menos así lo comprobaron cuando, en octubre pasado, le dieron un golpe a la facción Dinastía Alayón, en la que capturaron al cabecilla Yomar José Delgado Palacios o Nino. 

El objetivo es que las mujeres no se arraiguen a un lugar, añade el fiscal superior. Es una forma de aumentar su vulnerabilidad: son chicas que se están moviendo de un sitio a otro, lo cual les impide hacer amigos o una red de contención que las proteja. “Ellos quieren tener a las víctimas, obviamente, bajo su yugo, bajo su custodia, bajo su poder”.

¿Cuál es el perfil de los integrantes del grupo delictivo? El coronel Víctor Revoredo, de la División de Homicidios de la PNP, señala que se trata de personas que desde muy jóvenes abandonaron los estudios y que desde muy temprana edad cometen delitos con violencia. Son hombres que suelen consumir drogas, sobre todo las sintéticas como el tusi o el poppers y licores caros, también tienden a ostentar ropas de marcas reconocidas. 

Además, les gusta internarse en grupos en los llamados “búnkers”, mayormente los fines de semana. Algunos operativos de captura se han dado en estos lugares. 

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