Una investigación publicada por el diario francés Le Monde, basada en los cuadernos del que fuera su administrador durante décadas, ahora caído en desgracia, pone al descubierto el fraude de los descendientes de Raniero III y Grace Kelly.
Los Grimaldi, la familia real de Mónaco, se ven envueltos en un escándalo revelado por un ex administrador de la fortuna del príncipe Alberto II. Este ex asesor, Claude Palmero, expuso en el diario francés Le Monde que la familia posee cuentas en paraísos fiscales y detalló irregularidades en los contratos con sus empleados.
El diario publicó extractos de la contabilidad que Palmero llevó durante 22 años y que muestra un estilo de vida lujoso y excesivo. Destituido en junio del año pasado, Palmero también alertó sobre trabajo ilegal y gastos no revelados al público.
Alberto II está siendo investigado por falta de transparencia fiscal, ya que se descubrieron 258 millones de euros en cuentas en paraísos fiscales. Palmero sostiene que estas cuentas existían antes de su llegada al cargo y los abogados de los Grimaldi lo acusan de no haberlas cerrado al asumir el puesto.
El príncipe justificó el despido de Palmero por la «ruptura de la confianza» y acusó al ex contable de ocultarle el verdadero estado de sus finanzas. Una auditoría posterior reveló una situación financiera catastrófica, según el príncipe.
Declaraciones, acusaciones y detalles del «escándalo financiero» contra Los Grimaldi
La investigación publicada por el diario francés Le Monde, basada en los cuadernos de Claude Palmero, quien fue administrador del patrimonio real monegasco durante más de dos décadas, revela que parte de la fortuna de la familia real de Mónaco fue depositada en paraísos fiscales. Palmero trabajó para el príncipe soberano Rainiero III y Grace Kelly, y luego para su hijo, el príncipe Alberto, quien ascendió al trono en 2005. Palmero fue forzado a renunciar el año pasado y ha emprendido acciones legales contra el monarca.
Según Le Monde, los cuadernos de Palmero indican que algunos fondos de la monarquía se mantuvieron durante años en Panamá y las Islas Vírgenes Británicas, dos paraísos fiscales. El abogado de Alberto II, Jean-Michel Darrois, confirmó la existencia de sociedades offshore en Panamá en 1984 durante el reinado de Rainiero III, pero sostiene que Alberto II solicitó en varias ocasiones a Palmero que resolviera la situación, lo cual no ocurrió. Darrois asegura que desde la salida de Palmero, se está liquidando esta situación. Además, se crearon empresas en las Islas Vírgenes Británicas en 2002, antes de la ascensión de Alberto al trono.
La abogada de Palmero, Marie-Alix Canu-Bernard, afirmó que su cliente nunca actuó sin el conocimiento de quienes lo contrataron y que todas las acciones se llevaron a cabo en perfecto acuerdo con ellos y en su interés más estricto. Las motivaciones para colocar fondos en el extranjero no están claras, ya que Mónaco no aplica impuestos sobre la renta o el patrimonio. Sin embargo, fuentes cercanas a la familia real sugieren que el objetivo podría haber sido evitar la divulgación de sus finanzas a la prensa u otras personas.
Acusaciones recíprocas del ex administrador y la familia Grimaldi
Mónaco, el segundo país más pequeño del mundo después del Vaticano, ha estado bajo el gobierno de la dinastía Grimaldi desde 1297. En las últimas décadas, este principado, donde no se aplican impuestos, fue un imán para celebridades y personas adineradas, lo que resultó en un aumento de los precios inmobiliarios en su diminuto territorio de 2 km2.
Tras su despido, Palmero intentó sin éxito presentar una demanda contra la familia real utilizando el sistema legal de Mónaco. Este mes, llevó su caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo, argumentando que no está recibiendo un juicio justo en el principado. Los abogados de Palmero, Canu-Bernard y Christophe Llorca, informaron que también presentaron una denuncia en Mónaco contra la familia real por «intento de extorsión y robo».
La familia real, a su vez, acusó a su exadministrador de «abuso de confianza» y «robo de documentos». Le Monde reporta que Palmero supervisaba las asignaciones para los miembros de la familia real, incluyendo a las hermanas del príncipe, Carolina y Estefanía, y la de su esposa Charlene. Monaco-Matin acusó a Palmero de divulgar información privada de la familia.
Los abogados de Palmero aseguran que él advirtió a Le Monde que sus cuadernos, también en posesión de las autoridades de Mónaco como parte de otra investigación, eran «confidenciales y no debían hacerse públicos». El año pasado, el Consejo de Europa, una institución independiente de la Unión Europea dedicada a la protección de los derechos humanos, advirtió a Mónaco sobre deficiencias en su lucha contra el lavado de dinero.
En respuesta, el principado anunció la creación de una nueva autoridad para la seguridad financiera que comenzará a trabajar pronto para combatir el lavado de dinero y otros tipos de corrupción.