Un consorcio de investigación integrado por ‘Público’ y otros 23 medios europeos saca a la luz que 163 miembros del Parlamento Europeo han protagonizado escándalos o casos de conducta indebida, con los eurodiputados de extrema derecha a la cabeza.
Se puede ser eurodiputado desde la cárcel. El neonazi griego Ioannis Lagos es un ejemplo. Lagos obtuvo su acta de eurodiputado por el partido de ultraderecha Amanecer Dorado en las elecciones de 2019. Un año después, él y otros líderes de la formación fueron declarados culpables de dirigir una organización criminal y de posesión ilícita de armas. Así, tras la decisión de la Justicia griega, Amanecer Dorado dejó de ser un partido legal.
Ioannis Lagos fue condenado a 13 años de cárcel por esos cargos. Se quedó en Bruselas y consiguió posponer su entrada en prisión hasta 2021, cuando el Parlamento Europeo finalmente le retiró la inmunidad. A pesar de ello, mantuvo su acta. Sigue siendo eurodiputado, ejerce como tal —incluso participando en comités y votaciones— y recibe su salario en su celda en Grecia. Es uno de los casos más graves de conducta indebida por parte de un miembro actual de la Eurocámara, pero no es el único.
‘MEP Misconduct Investigation‘, una investigación transnacional capitaneada por ‘Follow the Money’ (FTM) de la que forman parte Público y otros 23 medios de comunicación europeos, revela que prácticamente una cuarta parte de los actuales miembros del Parlamento Europeo se han visto envueltos en algún escándalo o han infringido abiertamente la ley a lo largo de su carrera política o ya lo habían hecho antes de asumir responsabilidades públicas.
La investigación ha recopilado episodios de conducta indebida y escándalos de varios tipos en 163 de los actuales eurodiputados: el 23,15% de los 704 representantes de la ciudadanía de la Unión Europea (UE) que cuentan actualmente con escaño en la cámara.
Más allá del ‘Qatargate’
Uno de los escándalos más recientes, con repercusión en todo el mundo, ha sido el Qatargate. Estalló el 9 de diciembre de 2022 cuando la Policía belga detuvo a la entonces vicepresidenta del Parlamento Europeo, Eva Kaili (del partido socialista griego PASOK), y a otras cuatro personas. Se sospechaba que habían recibido sobornos de Qatar y Marruecos.
En más de una docena de registros, la Policía encontró casi 900.000 euros en efectivo. 720.000 aparecieron en una maleta que tenía el padre de Kaili. En el interior había billetes de 50 euros junto a biberones y pañales que supuestamente eran para la hija de Kaili, que entonces tenía 21 meses. Más de un año después, la investigación sigue su curso.
Aunque todos los acusados y los países extranjeros presuntamente implicados en esta causa niegan haber cometido delito alguno, el caso no pinta bien. De hecho, si la Justicia acaba por confirmar que terceros países han comprado a políticos europeos para influir en la UE, las preguntas son claras: ¿Cómo pudo producirse un caso de corrupción tan grande en el Parlamento Europeo? ¿Los mecanismos de prevención han fallado? ¿Es un asunto aislado o solo la punta del iceberg?
Para encontrar respuestas, 37 periodistas de 22 Estados miembros de la UE emprendieron de forma conjunta esta investigación liderada por FTM. El equipo de ‘MEP Misconduct Investigation’ ha revisado el historial y la trayectoria de los 704 eurodiputados para comprobar el nivel de integridad de los miembros de la Eurocámara.
Uno de cada 30 eurodiputados, condenado por la Justicia
Las conclusiones de esta investigación demuestran que prácticamente un cuarto de los eurodiputados ha estado involucrado en algún tipo de escándalo. Además, hay casos sumamente graves como el ya mencionado Qatargate, que aún está bajo investigación, pero también distintos hechos que han llevado a que 23 eurodiputados hayan sido declarados culpables en distintos procedimientos ante la Justicia.
La proporción es de uno por cada 30 de los actuales parlamentarios. Entre esos casos está el del griego Lagos, que ya se encuentra entre rejas, pero hay muchos más, como el de Lara Comi, otra eurodiputada de derechas.
Comi es miembro del Parlamento Europeo por el partido Forza Italia, la formación fundada por Silvio Berlusconi y liderada en la actualidad por Antonio Tajani, actual vicepresidente del Gobierno de Giorgia Meloni.
Lara Comi fue condenada el pasado octubre a más de cuatro años de cárcel en un proceso que comenzó con la acusación de haber desviado casi 500.000 euros de dinero público. Sin embargo, la eurodiputada ha recurrido la sentencia y por ahora se mantiene en su escaño.
Otro que aún tiene juicios pendientes —aunque en su caso aún no ha sido condenado— es Ryszard Czarnecki. El Parlamento Europeo pidió al diputado, del partido de extrema derecha Ley y Justicia —que hasta diciembre de 2023 gobernaba Polonia—, que devolviera 100.000 euros en concepto de gastos de viaje. Esto sucedió después de que se descubriera que, cada vez que viajaba en coche de Bruselas a su país de origen, inflaba los datos de kilometraje para pasar facturas más abultadas.Aún no se ha juzgado a Czarnecki, lo que algunos achacan a la influencia política de su partido, que gobernaba Polonia hasta hace poco
Pero no solo eso. También decía conducir coches que no eran suyos. Uno de ellos, además, había sido desguazado 11 años antes de que afirmara usarlo, según descubrió la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF, por sus siglas en francés). La causa penal contra Czarnecki sigue pendiente después de cuatro años y medio, lo que algunos críticos consideran una influencia política de su partido sobre la fiscalía polaca.
‘MEP Misconduct Investigation’ no contabiliza únicamente los eurodiputados que han tenido problemas con la Justicia. También se han computado otro tipo de escándalos, infracciones, sanciones o incluso conductas indebidas o no éticas por parte de los eurodiputados aunque no hayan acarreado consecuencias para los mismos. Estas conductas, eso sí, han tenido que demostrarse públicamente o haber sido reveladas por medios de comunicación.
Sucede, por ejemplo, con los casos de acoso laboral. Cuando se demuestran, en muchas ocasiones el Parlamento Europeo los cierra únicamente con sanciones que implican la suspensión temporal de la actividad de los afectados. ‘MEP Misconduct Investigation’ ha recopilado escándalos relacionados con acoso laboral o sexual que involucran a 37 diputados.
La investigación, y en lo que coinciden los expertos consultados, también muestra que existe una falta de regulación clara y aplicable sobre ciertas conductas indebidas. Hay un gran número de escándalos que no han llegado a ser registrados en la base de datos de la investigación porque no se infringieron normas claras o no llegaron a ser investigados hasta el final, pero que, al menos, podrían considerarse poco éticos.
La doble moral de la extrema derecha
Los casos de Ioannis Lagos y Ryszard Czarnecki son solo una muestra de cómo los eurodiputados de la extrema derecha son los que han estado salpicados por más escándalos, otra de las principales conclusiones de la investigación transnacional de la que forma parte Público. Solo les superan los eurodiputados no adscritos a ningún grupo parlamentario. Algo lógico, ya que muchos de ellos tienen esa condición de no adscritos precisamente por haber sido expulsados de sus partidos tras algún tipo de polémica.
Las encuestas para las próximas elecciones europeas del mes de junio pronostican un aumento de los eurodiputados de extrema derecha. Estos partidos, los más euroescépticos, llevan años haciendo campaña contra la Unión Europea y acusando a las instituciones comunitarias de posibles escándalos. A pesar de ello, los datos revelados por ‘MEP Misconduct Investigation’ muestran que son precisamente sus eurodiputados los que acumulan más casos de conducta indebida.»Tienen visiones que a menudo chocan con los valores democráticos europeos»
«Los partidos de extrema derecha, especialmente los de Identidad y Democracia [el grupo europeo liderado por Marine Le Pen y Matteo Salvini], han adoptado el mensaje euroescéptico y tienen visiones que a menudo chocan con los valores democráticos europeos. No les interesan las cuestiones de transparencia y rendición de cuentas«, explica Nuria Font, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona y experta en rendición de cuentas de la Unión Europea.
Aún así, el resto de grupos no se libran de estas polémicas. Katjana Gattermann, profesora asociada de Comunicación Política en la Universidad de Ámsterdam, explica que, aunque la confianza de los votantes en las instituciones de la UE no se vería mermada por una sola polémica, estas tienen un impacto y dejan un poso negativo en la forma en que la gente entiende la política europea.
En su opinión, los escándalos desvían la atención de los medios de lo que realmente está haciendo el Parlamento y pueden distanciar aún más a los votantes. «Europa está lejos, y para los votantes es muy difícil seguirla a diario. Los votantes tienen menos información sobre los asuntos europeos que sobre los nacionales», dijo Gattermann.
Coincide con ella Nuria Font, que, además, explica que los ciudadanos apenas castigan la corrupción en las elecciones, algo que sucede aún de forma más clara a escala europea. «El caso europeo no es una excepción. Es importante tener en cuenta que las elecciones europeas han sido tradicionalmente consideradas de segundo orden y la corrupción apenas se penaliza. Es decir, los ciudadanos tienen poco interés en estas elecciones y poca información sobre qué hace la UE. La débil conexión entre los ciudadanos y el Parlamento Europeo dificulta aún más la penalización de la corrupción».