Un juez dispuso este miércoles la prisión preventiva para Azhael Roldán, hijo de uno de los líderes de la mayor banda criminal de Ecuador, y otras cinco personas a las cuales acusa del lavado de millonarias sumas de dinero cuya posesión no han podido justificar.
La Fiscalía, en su cuenta de X, antes Twitter, dijo que tras una audiencia que terminó cerca del amanecer el magistrado también ordenó “la prohibición de enajenar todos los bienes muebles e inmuebles de los procesados y la incautación de los mismos”, además de la retención de las cuentas bancarias e inversiones que registren en el sistema financiero ecuatoriano.
Luego de investigaciones que iniciaron el año pasado, la policía detuvo la madrugada del martes a seis personas, incluido Roldán, en cuyo poder se encontraron vehículos, joyas, dispositivos electrónicos y de comunicación, dinero en efectivo y documentos en más de una docena de allanamientos ejecutados en las provincias de Guayas y Los Ríos.
La Fiscalía precisó que los agentes actuaron debido a reportes del sistema financiero sobre operaciones recurrentes, inusuales e injustificadas por alrededor de cinco millones de dólares y movimientos por 3,5 millones para la adquisición de bienes e inmuebles, para lo cual se habían constituido empresas de papel en los últimos años.
Este operativo del Ministerio Público es parte de las acciones de las autoridades para investigar al círculo íntimo del fallecido Junior Roldán, padre del detenido, quien al momento de su muerte habría dejado una fortuna de unos 18 millones de dólares en bienes, cuentas y activos.
Junior Roldán cobró notoriedad cuando creó un grupo al servicio de Los Choneros, la mayor y más peligrosa banda criminal que tuvo el país, en la que llegó a convertirse en el segundo al mando tras la muerte violenta de algunos de sus líderes.
De acuerdo con la Policía, fue asesinado a balazos en Colombia el año pasado luego de que estuvo en prisión hasta febrero de 2023 sentenciado por dos asesinatos, aunque se le señalaba como responsable de la muerte de al menos 20 personas y de ordenar brutales matanzas desde inicios de 2021 en algunas prisiones estatales controladas por bandas criminales.
De acuerdo con las autoridades, los violentos enfrentamientos y las matanzas entre bandas rivales en las cárceles de Ecuador se producen por las disputas de rutas y territorios de distribución de drogas de las bandas locales al servicio de poderosos cárteles del narcotráfico de Colombia y México, que usan el territorio ecuatoriano como plataforma de almacenamiento y exportación de narcóticos, especialmente a Estados Unidos y Europa.