El 78% de las compañías y organizaciones del país han realizado investigaciones internas por corrupción o mala conducta en los últimos tres años
Un reciente informe reveló que cada día más compañías y organizaciones privadas colombianas están vinculadas a fraudes y conductas ilícitas relacionadas con el mal manejo de recursos económicos. Casos relacionados con fraude, soborno, lavado de activos, evasión de impuestos y, en general, cualquier tipo de trampa a la ley que cometen las compañías o las personas que actúan en su nombre para beneficio propio, crecieron por lo menos 60% en el último año.
Así lo destacó el más reciente informe Global de Fraude y Riesgo, elaborado por la consultora Kroll, en el que se evidenció que el 78% de las compañías y organizaciones colombianas han realizado investigaciones internas por corrupción o mala conducta en los últimos tres años, ubicando a Colombia como el tercer lugar en Latinoamérica en el que se cometen mayores hechos asociados a fraude empresarial.
De acuerdo con el informe de la consultora, los sectores más comprometidos por esas malas prácticas son: transporte, ocio y turismo, la banca y las telecomunicaciones. Si bien todas las compañías, sin importar su tamaño, tienen riesgo de caer en estas actividades ilícitas, las grandes organizaciones son las más propensas a cometer ese tipo de conductas y es el soborno el delito que más las compromete.
El anterior dato lo corroboró un estudio de la Universidad Externado, que confirmó que el ofrecimiento de coimas, como el pago para agilizar trámites o donaciones políticas, es una práctica generalizada en el empresariado. Por su parte, las pymes, que no están exentas a la corrupción, se han visto involucradas a hechos ilegales asociados a la manipulación de cheques y a la alteración del pago de nóminas.
Por su parte, la abogada, auditora forense y fundadora de la firma Cevallos Holguín, Mercedes Cevallos, comentó que la corrupción persiste en el país, en parte, debido a la poca efectividad de la justicia para judicializar estas acciones.
“Solo entre los años 2010 y el 2023, según datos de Transparencia por Colombia, las denuncias asociadas a corrupción llegaron a 57.582 casos, de las cuales el 93.99% hoy no tienen condena, el 89.7% siguen sin captura y el 77.15% están en proceso en indagación”, agregó la abogada.
Otro motivo por el cual ese delito tiene contra las cuerdas al país, son los vacíos legales que hacen que el sector privado sea cómplice o termine involucrado en irregularidades. Cevallos aseguró que la entidad advierte que las principales conductas de corrupción se manifiestan generalmente en el financiamiento de campañas políticas, la captura de procesos de contratación arreglados a su favor, la legalización de transacciones mediante el lavado de activos y la creación de carteles o restricciones a la libre competencia.
A lo anterior se le sumó la inclusión de las nuevas tecnologías como un riego para la práctica de esas conductas, puesto que, en una de las reuniones de la Alianza Mundial de Enemigos de la Corrupción, del Banco Mundial, se expuso cómo la gestión de documentos digitales está facilitando la desviación de fondos, comisión de delitos económicos o patrimoniales, apropiación de recursos o la pérdida de evidencia en las investigaciones antifraude.
Otro estudio de la U. Externado, afirmó que los casos de corrupción más frecuentes en las grandes organizaciones se relacionan con el pago para agilizar trámites o donaciones políticas, mientras que las Pymes es usual la manipulación de cheques y la alteración del pago de la nómina – crédito Canva
Qué está haciendo el país en ese panorama
Según los expertos en el tema, Colombia está dando pasos agigantados que han permitido robustecer las herramientas con las que cuentan la ciudadanía y el sector privado para prevenir, detectar, controlar y reaccionar este tipo de conductas.
Una de esas tiene que ver con la creación de canales seguros para que cualquier colaborador, cliente, proveedor o persona en general pueda dar a conocer cualquier tipo de irregularidad que se pueda presentar en su interior. Lo anterior, con el fin de estimular la cultura de la participación y la sanción social contra el cohecho.
Otro instrumento es el apoyo de firmas externas en las investigaciones internas. El 98% de las organizaciones consultadas para el Informe Global de Fraude y Riesgo solicitaron su ayuda. Para ese escenario hay iniciativas como el Laboratorio Forense de investigación antifraude y corrupción corporativa de Cevallos Holguín, que tiene como base la experticia en diferentes ciencias forenses aplicadas a la detección del fraude y la corrupción y en aquellas normas técnicas emitidas por organismos internacionales para su prevención.
“Este laboratorio orienta las investigaciones internas hacia el recaudo de los elementos de prueba necesarios para que las empresas tomen decisiones respecto a la existencia de conductas delictivas o antiéticas que puedan comprometer a cualquier miembro de la organización, de la mano de expertos en la detección de estos punibles y tecnología con auditoría forense, informática judicial, entre otras técnicas”, sumó la firma