En República Dominicana fueron identificadas 6,043 operaciones que, según las autoridades, se pueden considerar sospechosas de violar las normas de lavado de dinero y la financiación del terrorismo.
Este número se extrae del informe estadístico de la Unidad de Análisis Financiero, o UAF, una dependencia del Ministerio de Hacienda diseñada para monitorear posibles actividades de lavado de activos y financiación del terrorismo. La cantidad de reportes de operaciones sospechosas, o ROS, se ha casi duplicado en cuestión de cinco años.
En 2019, el primer año de informes estadísticos de la UAF, se anotaron 3,853 reportes de operaciones sospechosas. O las alertas han subido, o los problemas de blanqueo de capitales se han extendido en República Dominicana.
Asimismo, la UAF también reporta transacciones en efectivo, las cuales no necesariamente se etiquetan como sospechosas, pero sí son observadas, por si acaso. El número de esos reportes alcanzó los 677,000 en 2023, de acuerdo con el informe estadístico del regulador financiero.
De acuerdo con un reporte de GAFILAT, en República Dominicana confiscan dinero cash en casos tipificados como lavado por 130 millones de dólares USD todos los años, pero eso no cuenta los bienes muebles (vehículos, joyas) o inmuebles que se acumulan producto de recursos blanqueados.
Por lo tanto, el blanqueo de capitales es un problema global y República Dominicana no es una excepción. Pero, ¿qué es el blanqueo de capitales? El proceso de ocultar el origen ilegal de los fondos obtenidos a través de actividades ilegales, como el tráfico de drogas, la corrupción y el fraude fiscal. Las autoridades de República Dominicana han tomado medidas para combatir el blanqueo de capitales, incluyendo la implementación de la Ley 155-17 de Prevención de Lavado de Activos y la Financiación del Terrorismo y regulaciones para prevenir y detectar el blanqueo de capitales.
“Las razones principales que motivaron la generación de los ROS antes señalados fueron: posible estructuración de fondos (37.17%), fraude/estafa (18.41%), posible delito tributario (16.22%), falta o insuficiencia de documentación que valide origen fondos (8.87%), por temas reputacionales en un 7.91% de los casos, comportamiento inusual (transacciones fuera de perfil, manejo irracional en casinos, depósito y/o retiro de efectivo para luego repetir la transacción, pago anticipado de préstamo, transacciones de altos montos entre personas sin vínculo aparente, etc.) un 3.27%, entre otros. Cabe indicar que en la categoría “Otros” se incluye los delitos que presentaron un peso inferior al 2%”, explicó la UAF en su informe estadístico de 2023.
De forma específica, estos reportes de operaciones sospechosas incluyen el desarrollo de una actividad de alto riesgo (criptoactivos, préstamos y cambio de divisas informales, construcción, dealers, venta de armas, joyería, bancas) sin presentar documentación origen fondos de operaciones de alto monto de efectivo a veces en cuentas personales, manejo de altos montos en efectivo fuera del perfil declarado o sin soporte origen fondos, aumento significativo del volumen de fondos transados entre personas que no guardan relación aparente, negatividad a proporcionar soporte sobre origen de fondos y posible Falsificación de documentos públicos.
La UAF, como parte de sus funciones descritas en el art. 91 de la Ley núm. 155-17, numeral 1, es el órgano encargado de la recepción de los reportes de estas operaciones, así como de los reportes de operaciones en efectivo.
Las bancas de apuestas son caldo de cultivo para actividades sospechosas, según la UAF. Y se trata de negocios que han proliferado de manera exponencia en territorio dominicano, puesto que la Encuesta Nacional de Mipymes, presentada la semana pasada por el Banco Central y el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), contó la operación de 56,933 bancas de apuestas, entre formales e informales, es decir, el 12.1% de todas las compañías formales e informales que aportan a la economía dominicana.
El blanqueo de capitales puede tener un impacto negativo en la economía de la República Dominicana, como distorsión de la economía, porque el blanqueo de capitales puede distorsionar la economía al desviar recursos de actividades productivas hacia actividades ilegales; inestabilidad financiera, puesto que el blanqueo de capitales puede socavar la estabilidad del sistema financiero al introducir grandes cantidades de dinero ilícito en el sistema; y la pérdida de ingresos fiscales, ya que los fondos ilícitos no están sujetos a impuestos.