El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció un paquete de sanciones sobre una “extensa red bancaria en las sombras”, conformada por 50 individuos y empresas, que favorecían las operaciones del Ejército de Irán. Todos los implicados se dedicaban a la venta de petróleo y productos petroquímicos de Teherán, ya sea desde Hong Kong, los Emiratos Árabes Unidos o las Islas Marshall.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros de Washington precisó que por medio de estas maniobras, el Ministerio de Defensa y Logística de las Fuerzas Armadas de Irán y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica obtenían acceso ilícito al sistema financiero internacional -ya que existen sanciones sobre estos actores- y, con ese dinero, financiaban armamento para sí, para Medio Oriente y para Rusia, así como y el funcionamiento de grupos terroristas.
Se estima que desde 2020 ya han procesado miles de millones de dólares de esta manera.
Con este anuncio, sin embargo, todas las compañías y los sujetos quedaron impedidos de acceder a cualquier propiedad o activo financiero que posean en el país, y tampoco podrán realizar negocios con ciudadanos o empresas estadounidenses.
El vicesecretario del Tesoro, Wally Adeyemo, sostuvo que esta decisión fue una muestra más de que desde la Casa Blanca se “seguirá persiguiendo a quienes pretendan financiar las actividades terroristas desestabilizadoras de Irán”. “Seguimos trabajando con aliados y socios, así como con la industria financiera mundial, para aumentar la vigilancia contra el movimiento de fondos que apoyan el terrorismo”, insistió.
El régimen persa está señalado por ser el principal impulsor de las milicias en Oriente Medio, entre ellas Hamas, Hezbollah y los rebeldes hutíes de Yemen, mientras que también se lo vincula con la guerra que Rusia lanzó sobre Ucrania, por medio del envío de drones a su aliado del Kremlin.
En 2023, diversas investigaciones concluyeron que Vladimir Putin había estrechado su lazo con Teherán luego de que éste enviara de contrabando varios drones de largo alcance que, posteriormente, fueron utilizados contra los soldados y civiles ucranianos. Entre estas piezas se identificaron seis vehículos aéreos no tripulados modelo Mohajer-6 -con un alcance de 200 kilómetros y la capacidad de llevar dos misiles bajo cada ala- junto con 12 drones Shahid 191 y 129 -también preparados para realizar ataques aire tierra-.
De todas formas, se cree que la cifra total superaría los dos mil drones.
Todos estos envíos se realizaron en secreto ya que la comunidad internacional mantiene sanciones sobre ambas partes. Según expuso entonces The Guardian, la mayoría de las piezas las cargó un buque iraní en una base en la costa del mar Caspio y, una vez en alta mar, las traspasó a un barco de la Armada rusa. Otros, sin embargo, fueron cargados en un avión de la aerolínea estatal iraní.
Por estas acciones, la Unión Europea también impuso sanciones el pasado 31 de mayo, entonces sobre el Ministro de Defensa de Teherán. “Mohammad-Reza Gharaei Ashtiani participa directamente en el programa de fabricación de vehículos no tripulados iraníes para Rusia, en apoyo de su guerra de agresión contra Ucrania”, indicó el bloque en un comunicado en el que nombró, a continuación, a un comandante de la Guardia Revolucionaria y al Jefe de la Organización de Industrias de Aviación iraní.