El lanzamiento de la Acción Unificada por la Libertad Personal en Barranquilla, con 190 efectivos del Gaula Élite Metropolitano y 100 del Grupo Élite contra el Crimen, marca un esfuerzo significativo para mejorar la seguridad en esa ciudad.
El alcalde Alejandro Char, acompañado por el ministro de Defensa Iván Velázquez y el gobernador Eduardo Verano, presentó estas unidades con la esperanza de reducir los índices de criminalidad y brindar mayor tranquilidad a los ciudadanos.
Pero ¿y Cúcuta cuándo? Aquí, la situación es desesperante. La violencia se ha apoderado de nuestras calles y la sensación de inseguridad es asfixiante. La reciente masacre en Villa del Rosario, con cuatro cadáveres abandonados en una vía hacia Los Patios, es solo el último episodio de un ciclo interminable de muerte. Nuestras peticiones al gobierno central han sido innumerables, pero la respuesta ha sido insuficiente y, en muchos casos, inexistente.
El gobierno de Gustavo Petro ha creado la Misión Cauca para afrontar la crisis en el occidente del país, mientras que, en el norte, en Cúcuta, estamos sumidos en la desidia. Los gobernantes locales están remando solos contra la corriente, enfrentando una criminalidad imparable sin el respaldo adecuado de la institucionalidad nacional.
La violencia aquí no es solo una estadística. Es una realidad palpable que pone en peligro a nuestros periodistas, quienes son constantemente amedrentados por grupos al margen de la ley. Arriesgan sus vidas para informar, mientras la ciudadanía vive con miedo constante. La reciente masacre atribuida a la guerrilla del Eln, que supuestamente está en negociaciones de Paz Total y en cese al fuego, agrava aún más la situación.
La urgencia de una intervención estatal es evidente. Necesitamos un plan de seguridad extraordinario y efectivo, similar al implementado en Barranquilla. La muerte acecha nuestras calles, y la policía local está desbordada. Es crucial que la Presidencia, los Ministerios de Defensa, Justicia e Interior, y la Fiscalía actúen de manera inmediata y coordinada.
El alcalde Jorge Acevedo ha solicitado una red unificada de cámaras para monitorear la ciudad, incluyendo las privadas, pero esto no es suficiente. Es imperativo que el gobierno nacional adopte medidas especiales, con apoyo financiero y planes específicos que consideren nuestra situación fronteriza y el crimen organizado asentado en nuestra región.
No podemos seguir esperando mientras la sangre corre por nuestras calles. Cúcuta también es Colombia, y merece la misma atención y recursos que otras regiones del país. ¡Gobierno Nacional, actúen ya! No más excusas. Necesitamos su apoyo para superar esta crisis criminal, implementar planes económicos y de desarrollo, y devolver la tranquilidad a nuestros ciudadanos.