Pantalla azul de la muerte. Con este peculiar nombre se describe el error crítico que obliga a paralizar Windows, el sistema informático de Microsoft, un apagón que este viernes ha causado incidencias en aeropuertos, bancos y supermercados de todo el mundo.
Detrás de estas escenas de caos hay un fallo involuntario de CrowdStrike, una de las principales empresas de ciberseguridad en la nube.
Ubicada en Texas, esta multinacional tecnológica fundada en 2011 es una de las firmas más utilizadas del mundo. Su misión es anticiparse a posibles ciberataques y garantizar la protección de sus más de 29.000 clientes, entre ellos gobiernos y empresas privadas como Microsoft.
Sus investigaciones lograron detectar el hackeo a Sony Pictures en 2014 por parte de Corea del Norte y el robo de datos que grupos de la inteligencia rusa perpetraron al Partido Demócrata de Estados Unidos y a la campaña presidencial de Hillary Clinton entre 2015 y 2016.
CrowdStrike ha señalado que el colapso informático de esta mañana «no es un incidente de seguridad ni un ciberataque». Así lo ha especificado su presidente y director ejecutivo, George Kurtz, antiguo jefe de tecnología en McAfee, otro de los gigantes de la seguridad informática.
Así pues, se confirma la hipótesis de que se trataría de una actualización errónea de Falcon, su programa para «detener infracciones en la nube«, que ha paralizado la actividad en la red de sus clientes.
CrowdStrike cotiza en NASDAQ, la bolsa de valores que reúne a las grandes empresas tecnológicas. Actualmente, su capitalización bursátil se sitúa en 83.480 millones de dólares.
Sin embargo, todo apunta a que el incidente de este viernes perjudicará a la empresa en los mercados. Según Bloomberg, sus acciones se están desplomando hasta un 14% en las operaciones previas a la apertura de Wall Street.
