Alejandro Toledo y Eliane Karp puede pasar sus últimos días en la cárcel por lavado de dinero

Representaron una esperanza de cambio para muchos. Su historia, más allá del amor, se concentra hoy en responder ante la justicia. Luego de escapar al país en el que se conocieron y desde el cual se extraditó al expresidente, la ex primera dama viajó a su tierra natal. En la víspera, se declaró procedente la solicitud de extradición en su contra, por lo que ambos culminarían juntos, en suelo peruano y ante la ley

Hace casi dos décadas, Alejandro Toledo y Eliane Karp simbolizaban el renacer democrático de Perú, una promesa de transparencia en medio de una región plagada de escándalos y serias violaciones a los derechos humanos. Ocuparon las más altas esferas del poder en Perú como presidente y primera dama. Retornaron al país donde inició su amor y hoy son el centro de un complejo entramado de juicios, extradiciones y acusaciones de corrupción que podría llevarlos a pasar sus últimos días en la cárcel.

Toledo, nacido en una familia humilde en Áncash, lustrabotas y canillita de niño, asumió el país entre 2001 y 2006. La estabilidad económica, baja inflación, mayores exportaciones y crecimiento del PBI fueron algunos de los logros de su gobierno; sin embargo, ya poco se habla de eso. Años más tarde se conoció de su vinculación con la constructora Odebrecht, conocida por dar sobornos a cambio de la adjudicación de proyectos de infraestructura, incluidos los tramos de la Carretera Interoceánica Sur.

De acuerdo al Ministerio Público, el exmandatario exigió más de 30 millones de dólares por la obra que une Perú con Brasil y que comenzó su construcción en el 2005, pese a que contaba con observaciones de la Contraloría General de la República por no contar con el estudio de impacto ambiental y no pasar por el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP). Por este caso, el Poder Judicial dictó 30 meses de prisión preventiva por el tramo 4 que se suman a los 18 meses ya impuestos por las vías 1 y 2.

Además, al exmandatario se le vincula con el caso Ecoteva, en el cual se le imputa haber utilizado una empresa (del mismo nombre) fundada en Costa Rica, por su suegra Eva Fernenbug, para lavar dinero proveniente de sobornos, destinado a la compra de inmuebles y otros lujos. Por este caso, la Fiscalía pide 16 años de prisión en su contra.

Pareja afronta graves acusaciones por parte de las autoridades peruanas. | Europa PressPareja afronta graves acusaciones por parte de las autoridades peruanas. | Europa Press

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