BID aportará asistencia a 12 países que combatirán los flujos financieros de grupos delictivos

El Banco Interamericano de Desarrollo aportará asistencia técnica, capacitación, datos científicos y tecnología a una alianza de 12 países que combatirán los flujos financieros de los grupos delictivos

El crimen organizado y la violencia son un obstáculo para el desarrollo y el crecimiento de los países de América Latina. La seguridad se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos. Según el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, la violencia ha debilitado a los Estados, ha aumentado el costo para hacer negocios y le cuesta a la región el 3,5% del PIB.

El problema no es nuevo y los líderes políticos lo saben. Coinciden en que los grupos delictivos están más organizados, más interconectados, no respetan fronteras y que se necesitan esfuerzos extras para combatirlos. Bajo esas premisas, el 19 de agosto se inauguró la Cumbre Latinoamericana de Seguridad en Guayaquil, una de las ciudades más inseguras de Ecuador, que ha registrado 1.650 crímenes violentos en lo que va del año y acumula el 45% de los homicidios de todo el país.

“Sabemos que no existe una fórmula única para responder al crimen organizado, sobre todo cuando esas organizaciones evolucionan rápidamente”, dijo Ilan Goldfjan, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que propuso crear una alianza regional para fortalecer la seguridad y la justicia en la región, coordinar la implementación de políticas públicas y la movilización de recursos. Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay se sumarán a la Alianza y Ecuador se comprometió a asumir la primera presidencia. El BID anunció que ejercerá la secretaría técnica.

El objetivo es cortar el oxígeno al crimen organizado a través de tres ejes: limitar su influencia entre las poblaciones más vulnerables, fortalecer las instituciones del Estado y suprimir su flujo financiero. El desafío de todo proyecto es movilizar recursos. El BID propone apoyar a los países con asistencia técnica, capacitación, datos científicos y tecnología. “Tenemos que usar herramientas de análisis e inteligencia basado en evidencias para saber dónde está el crimen, dónde hay que concentrar los recursos, porque enfrentamos a grupos más sofisticados”, explicó el presidente del BID.

En ese sentido, la institución también anunció en Guayaquil un acuerdo con el Banco Mundial y CAF – banco de desarrollo de América Latina y el Caribe para profundizar la colaboración y cooperación para generar conocimiento y apoyar las políticas públicas en los países de la región relacionadas con el crimen organizado transnacional.

La discusión también giró en torno al análisis de los otros ejes de negocio que usan los grupos de delincuencia organizada para maximizar sus ganancias ilícitas y la facilidad que tienen para llegar a los mercados. “El Clan del Golfo estaba dedicado solamente al tráfico de cocaína; ahora está involucrado en el tráfico ilícito de migrantes, en la trata de personas, y vemos a más grupos usando minería ilícita para lavar sus activos”, dijo Candice Walsh, representante de la UNODC para la región Andina, en uno de los foros. El país anfitrión puede dar fe de ello.

Hace menos de una semana, hubo una masacre en una mina en la ciudad de Ponce Enríquez, en la provincia de Azuay. Seis personas fueron asesinadas en los enfrentamientos entre grupos delictivos que se disputan el control del yacimiento. “Un efecto negativo de la globalización es también la globalización del crimen; las estructuras criminales no son de un país, ni de una ciudad o barrio, sino que ocupan regiones enteras y tienen cadenas de logística intercontinentales”, dijo Daniel Noboa, presidente de Ecuador y anfitrión de la Cumbre.

Otro objetivo es disminuir las oportunidades de estos grupos para reclutar a niños y jóvenes. El BID anunció su cooperación en un programa de prevención y respuesta a la violencia y criminalidad en Ecuador, similar al que se ha implementado en Costa Rica y Brasil, para crear centros de servicios sociales integrados para jóvenes en riesgo, y un nuevo modelo de servicio policial especializado. “El BID también debe modernizarse y cambiar.

Debemos adaptarnos”, añadió Goldfjan. Las diferentes organizaciones que participaron en el foro coincidieron en la necesidad de implementar mecanismos de control del flujo financiero. “Esa es la sangre que circula, y a menos que tengamos transparencia en el financiamiento, no vamos a tener control sobre el flujo y la corrupción”, dijo Tuesday Reitano, subdirectora de la Global Initiative Against Transnational Organized Crime.

La Cumbre cerrará el 20 de agosto, día en el que se expondrá el contexto en el que opera el crimen organizado, así como las estrategias de prevención y fortalecimiento comunitario en territorios afectados por la violencia criminal.

elpais

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