Con un golpe maestro, cibercriminales rusos lograron robar millones de dólares de corporaciones estadounidenses. El FBI y la justicia de EE.UU. apenas comienzan a desentrañar la magnitud del fraude.
El robo de USD 93 millones en Wall Street, una operación iniciada en Rusia, sacudió al sector financiero estadounidense. Vladislav Klyushin, empresario especializado en ciberseguridad, acumuló esta fortuna mediante información sustraída, según reportó CNBC. El dinero robado se almacenaba en una caja fuerte repleta de billetes de cien dólares.
El fraude operaba de manera meticulosa: la empresa de Klyushin, M-13, servía de fachada para hackers rusos que robaban información financiera bajo el pretexto de protegerla. Estos hackers accedían a reportes de ganancias de corporaciones estadounidenses antes de su publicación oficial. Así, podían comerciar con esta información antes que cualquier otro en el mercado, obteniendo enormes beneficios.
El fraude no discriminaba entre sus víctimas. Empresas reconocidas como Skechers, Snapchat, Roku, y Tesla fueron atacadas. En un caso notable, M-13 robó un borrador del informe de ganancias de Tesla, lo que permitió a Klyushin comprar acciones justo antes de que se dispararan al hacerse público el informe final, generando aún más beneficios para su equipo.
El periodista Eamon Javers, de CNBC, dedicó casi un año a investigar esta red criminal, entrevistando a agentes, fiscales y un espía ruso para desentrañar los detalles del fraude. Durante este tiempo, se reveló que el FBI había estado vigilando de cerca a la organización de Klyushin, analizando cómo operaba y evaluando cómo detenerla.
En 2021, el gobierno de Estados Unidos acusó a doce presuntos operativos de inteligencia rusos de hacking y comercio con información privilegiada. Entre ellos, Klyushin, quien fue sentenciado a nueve años de prisión en 2023.
Sin embargo, en agosto de 2024, Klyushin fue liberado como parte de un intercambio de prisioneros entre Estados Unidos y Rusia, que incluyó también al periodista del Wall Street Journal, Evan Gershkovich.
Este intercambio es considerado el primer trueque de prisioneros en Estados Unidos que involucra a cibercriminales internacionales, y permitió la liberación de cuatro estadounidenses detenidos en Rusia.
El caso de Klyushin subraya la continua amenaza que enfrentan las empresas y mercados estadounidenses. Un documental de CNBC, titulado *Putin’s Trader*, y una serie de podcasts destacaron que el robo de información financiera es una táctica en la rivalidad entre Rusia y Occidente. Según un exmiembro anónimo del FSB, “es una guerra que está ocurriendo ahora entre Rusia y Occidente”, donde las finanzas y el sector bancario son solo uno de los campos de batalla.
Este incidente es una clara advertencia para las corporaciones y actores del mercado sobre la importancia de proteger sus activos y datos financieros frente a amenazas internacionales.