El folio 42.757 de los expedientes del Caso Plaga expone una carta atribuida a Sonia Vera, integrante de la defensa del exvicepresidente. En el documento, escrito el 21 de abril de 2023, se lee qué harán, cuánto costará y quién pagaría la estrategia legal para desvincularlo de la trama de corrupción más enraizada en las democracias de América Latina.
l 11 de agosto de 2023 fue un día clave para la situación jurídica de Jorge Glas. Aquel sábado, el Supremo Tribunal Federal de Brasil abrió una ventana al exvicepresidente de Ecuador, dentro de la onerosa cruzada nacional e internacional para sacarlo de prisión.
Puntualmente, el juez José Dias Toffoli, en su decisión de anular las pruebas contra el actual presidente brasileño, Lula Da Silva, en el caso Odebrecht, abrió una posibilidad para que dicha medida beneficiara también a Glas.
Como contexto, cabe recordar que en 2018 el entonces juez Sergio Moro condenó a Da Silva a ocho años de prisión. En 2021, en cambio, el Tribunal Federal desvaneció dicha condena y uno de sus magistrados, Ricardo Lewandowski, fue un actor fundamental para disolver las dos condenas que pesaban sobre el actual mandatario, lo cual le habilitó para las presidenciales.
El alcance de la medida de agosto de 2023 se cocinó a fuego lento, desde octubre de 2022, y la “receta” y los costos de ese lobby acaban de ser conocidos en Ecuador, una vez que la Fiscalía General del Estado liberara los documentos, evidencias y demás pericias del Caso Plaga, entre ellos los hallazgos de una laptop que se atribuye a Glas y que estaba en poder de su exasesora, Soledad Padilla.
Exactamente en el folio No. 42.757 consta La carta titulada PROCESO JORGE GLAS EN BRASIL, redactada por Sonia Vera, exconsejera de Participación Ciudadana e integrante del equipo legal del exvicepresidente. En el texto se lee que Vera tiene un amigo pesado en Brasil, quien le habría explicado, en aquel octubre de 2022, que la invalidación de las pruebas de los directivos de Odebrecht en contra de Lula Da Silva podría favorecer a Glas. Pero para ello había que iniciar una causa específica.
Esta carta está fechada en 21 de abril de 2023, cuatro meses antes de la medida de la justicia brasileña.
¿Quién es el “peso pesado”? Nada más y nada menos que Rodrigo Tacla, el exabogado externo de la constructora Odebrecht, a quien en Brasil se identifica como el artífice del entramado financiero para corromper a los gobiernos latinoamericanos donde la firma tenía interés en contratos.
Tacla, comedido, dijo que él financiaría los honorarios del abogado que debía ser contratado para el proceso específico que iba a beneficiar a Glas. Entonces se contrató a Leandro Ponzo, quien fijó honorarios en USD 120.000. Sonia Vera cuenta a Glas que consultaron con “el Presidente” sobre las gentilezas de Tacla al ofrecerse a pagar ese rubro. Pero “el Presidente”, según se lee en el folio 42.757, “se negó y dijo que quería que nos cobren los honorarios”. ¿Quién era “el Presidente”?
José Conceicao Santos, representante de Odebrecht en Ecuador; Rodrigo Tacla, abogado externo de la firma.
En la carta, Vera dice a Glas que habló con Tacla para que intercediera ante Leandro Ponzo y bajase su pago a USD 50.000. La punta de lanza era anular jurídicamente el testimonio de José Conceicao Santos, representante de Odebrecht en Ecuador, quien confesó que la firma había pagado USD 5,1 millones para las campañas electorales del correísmo, entre otras hazañas que involucran no solo a exfuncionarios de la Revolución Ciudadana, sino también a su contralor 100/100, Carlos Pólit.
En los párrafos siguientes, Vera describe que los honorarios de Ponzo se distribuirían según el siguiente cronograma: USD 10.000 a la firma del contraro, USD 2.000 durante seis meses y el resto al final, si es que se conseguía la sentencia de extensión de la nulidad en favor de Glas. Además, se reconocían viáticos para traslados del abogado hacia Curitiba y Brasilia.
Al final se habla de otros USD 90.000 que habría fijado otro jurista para revisar la estrategia legal en Brasil y acompañar técnicamente la tarea de Leandro Ponzo. En Sao Paulo, según el escrito atribuido a Sonia Vera, se habrían reunido el tal jurista, con Ponzo, Rodrigo Tacla y el misterioso “el Presidente”.
¿Quién paga la defensa del exvicepresidente Jorge Glas? ¿Quién cubre los honorarios de los abogados ecuatorianos, españoles y belgas, si el exvicepresidente tiene cuentas congeladas desde 2018? En la Revolución Ciudadana, casi en coro, dicen que esa cuenta se cubre con la solidaridad de la militancia.