El interés por las criptomonedas, y en especial por el Bitcoin, ha crecido de forma exponencial en el Perú desde el 2016, año en que entró al mercado local, Bits2u Inversiones SAC, firma que opera con esas monedas.
Víctor Nieto Carrera, fundador y CEO de Bits2u Inversiones SAC, indica que el alto valor que posee cada bitcoin se debe a la mayor aceptación que está teniendo en el mundo como un nuevo sistema de pago en la web. Sin embargo, advierte que se debe tener cuidado, si se quiere empezar a manejar esa moneda.
«El interés por el bitcoin en el Perú y el mundo, se vio impulsado por el constante crecimiento de su precio, lo que convirtió a esa moneda virtual en un apetecible instrumento de inversión. En el año 2016, el bitcoin cotizaba a unos S/1 300 por unidad, mientras que para enero del 2017 cada bitcoin ya superaba los S/3 000», dijo el ejecutivo.
A fines del 2017, el bitcoin alcanzó un pico extraordinario de S/64 000 del que descendió abruptamente hasta marzo de este año, cuando la moneda virtual parece estar más estable a alrededor de S/20 000.
Para tener un correcto uso de este moderno sistema, evitando fraudes y estafas, Bits2u brinda algunas recomendaciones a tener en cuenta:
1. Validación: En principio, Nieto explica que un bitcoin se obtiene de dos formas: comprándolo o como recompensa por validar las transacciones de la red de Bitcoin, proceso al que se le conoce como minería. Precisamente, Bits2u es la primera plataforma peruana de minería en la nube.
2. Generar confianza: Conversar y conocer a la persona a la que se le enviarán los Bitcoins, ya que las transacciones con las mismas son irreversibles. Alejarse de aquellos mensajes privados que ofrezcan grandes descuentos.
3. Empresas legales: Realizar sus inversiones en empresas seguras que estén legalmente constituidas y registradas en el país. Bits2u cuenta con el registro de las instituciones correspondientes.
4. Conexiones seguras: Cada vez que se vaya hacer una transacción, asegurarse de ingresar desde páginas web seguras para evitar el robo de la información y que la transacción sea dañada.
ALD/ElEconomista