En 2014, los cubanoamericanos Enrique Anicio Artiles Mata y Elvis Artiles Martin (padre e hijo) fueron detenidos y acusados de tráfico de drogas en Estados Unidos. En Cuba, a donde viajaban con frecuencia, tenían vínculos familiares y de amistad con cinco ciudadanos, que un año después fueron procesados por los delitos de lavado de activos y falsificación de documentos, junto a otro residente en EEUU.
En ese juicio, celebrado en el Tribunal Provincial de Cienfuegos, fue mencionado varias veces el nombre de Alejandro Castro Soto del Valle, uno de los hijos del difunto dictador Fidel Castro, como se aprecia en la grabación de la vista oral, de la que DIARIO DE CUBA revela imágenes en exclusiva.
Los cargos contra los ciudadanos residentes en Cuba, Esbel Morejón Sánchez, Fausto Lázaro López Soler del Castillo, Elbis Blanco Mata, Jorge Luis Araujo López y Odalis Sabina Martín Cuéllar se basaban en su implicación en la compra de una vivienda y un carro para Artiles Mata y Artiles Martin, y en la administración del dinero de ellos en Cuba.
Maikel Omar Morejón Mata, quien también residía en EEUU y se negó a declarar en el juicio, fue acusado de encargarse del conteo y el embalaje del dinero recaudado por Artiles Mata y Artiles Martin con el tráfico de drogas.
A los residentes en Cuba la acusación les recriminaba que tenían que haber sabido, o como mínimo haber sospechado, que el dinero para la compra de la casa, el carro y otras gestiones no había sido obtenido legalmente.
Sale a relucir Alejandro Castro Soto del Valle
En respuesta a estas recriminaciones, los acusados esgrimieron una razón de peso para que no les hubiera pasado por la cabeza que Artiles Martin o Artiles Mata estuvieran implicados en actividades ilegales pues Enrique Anicio Artiles Mata se relacionaba en Cuba con altos funcionarios del Ministerio del Interior (MININT) y del Gobierno, e incluso con Alejandro Castro Soto del Valle.
En su declaración, el acusado Esbel Morejón Sánchez contó que, a través de Artiles Mata, durante los viajes de este a Cuba, había conocido «a funcionarios e inclusive funcionarios de alto rango, tanto del MININT (Ministerio del Interior), como de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias)».
«Conocí a Alejandro Castro (Soto) del Valle, hijo del comandante en jefe, Fidel Castro. Inclusive, él visitó mi casa en una ocasión y le vendió inclusive a Enrique un jeep Toyota (…) un modelo exclusivo de color verde olivo. Enrique y él tenían muy buenas relaciones», recalcó Morejón Sánchez en el juicio.
Sin embargo, lejos de mostrar interés en la mención de Alejandro Castro (otro ciudadano residente en Cuba y vinculado al presunto culpable de tráfico de drogas, delito para el que las autoridades cubanas afirman tener «tolerancia cero»), la jueza que presidió el juicio le indicó a Morejón Sánchez que se atuviera a los hechos.
En una maniobra disuasoria, la magistrada cuestionó el sentido de detenerse a hablar de terceras personas que «en definitiva no han comparecido hoy aquí en ninguna condición» y hacerle perder al tribunal la atención sobre lo que él quería transmitir.
No obstante, el acusado consideró «necesario» destacar que Castro Soto del Valle y Artiles Mata tenían muy buenas relaciones «se visitaban, inclusive, Enrique le hacía regalos» y que una noche «Alejandro hizo noche en la casa de Enrique».
Precisamente, debido a las relaciones que tenía Enrique «con este tipo de personas, personas buenas», él no se podía imaginar que estuviera involucrado «en ningún negocio ilícito y mucho menos de tráfico de drogas».
También el acusado López Soler del Castillo se refirió a «las relaciones» que tenían, tanto Artiles Mata como su hijo, con altos funcionarios cubanos, como razón de peso para no sospechar que realizaban ninguna actividad ilegal con el supuesto dinero recibido de operaciones en Estados Unidos.
Elbis Blanco Mata ratificó que «Enrique se relacionaba con personas de alto rango, el hijo de Fidel, con no sé qué general«, con «revolucionarios de tremenda trayectoria» y «agentes del MININT».
Y, exactamente como ya había hecho frente a las declaraciones similares de Morejón Sánchez, la magistrada le señaló a Blanco Mata que era el momento de declarar sobre lo concerniente a los hechos juzgados por el Tribunal.
A pesar de que un segundo acusado mencionaba las relaciones de un presunto narcotraficante con Castro Soto del Valle, la jueza no mostró intención de llamar a este último a declarar en el juicio, ni siquiera como testigo.
El presunto narcotraficante parecía un agente de Seguridad del Estado
En su turno de declarar, el finalmente condenado Jorge Luis Araujo López afirmó que, lejos de ver indicios de que Artiles Mata pudiera tener una entrada ilícita de ingresos, llegó a pensar que él era un agente de la Seguridad del Estado cubano.
Sus sospechas se basaban en que el 26 de diciembre de 2013, a llegar al Aeropuerto de Cienfuegos, procedente de Miami, «Enrique fue recibido por dos jeeps, que para mí eran del Ministerio [del Interior], porque tenían antena, planta de radio, (…) con personas de alto nivel. Incluso, una de esas personas era Alejandro Castro, el hijo del Comandante en Jefe».
«Fue recibido por esas personas e incluso se montó con ellos y después veo yo a Enrique también en ese jeep, que tiene planta de radio, antena (…) manejándolo él, personalmente».
Estas declaraciones despertaron comentarios de asombro en la sala, que la jueza cortó con amenazas de expulsar a los presentes.
«Las personas del público no pueden conversar. Es la segunda oportunidad que conversan (y hacen) determinados murmullos que se oyen de aquí. La próxima vez que tenga que regañar porque las personas están murmurando en relación con lo que se está debatiendo en el acto de juicio oral, vamos a expulsar a todas las personas que conforman el público y vamos a continuar el acto de juicio oral únicamente con los acusados y las partes», amenazó la jueza del Tribunal Provincial de Cienfuegos.
Sin preguntas para el hijo de Fidel
Ni la jueza del Tribunal de Cienfuegos, ni los fiscales ni los abogados de la defensa hicieron alusión en el juicio oral a las repetidas menciones de Alejandro Castro Soto del Valle. No lo llamaron a declarar sobre sus vínculos con dos imputados por tráfico de drogas en EEUU ni se le cuestionó cómo no imaginó que el dinero con el que Artiles Mata le hizo regalos procedía de una actividad ilícita.
El hijo de Fidel Castro no compareció en el juicio celebrado en Cienfuegos, ni siquiera en calidad de testigo.
Los acusados en Cuba fueron hallados culpables y recibieron sanciones de entre tres y nueve años de prisión.
Artiles Mata y Artiles Martin fueron juzgados y condenados en Cuba por esta misma causa en ausencia, después de ser declarados rebeldes mientras eran procesados en Estados Unidos, según informe de la parte acusatoria cubana.
DIARIO DE CUBA no ha podido averiguar si fueron condenados finalmente por tráfico de drogas en ese país.
De lo que no quedan dudas, tras ver las imágenes que revela DIARIO DE CUBA en esta exclusiva es de la intocabilidad de Alejandro Castro Soto del Valle y de la elite castrista. En este juicio salieron a relucir indicios de la presunta relación del hijo de Fidel Castro y de funcionarios del MININT (en cuyas identidades tampoco mostraron interés ni la jueza, ni los fiscales ni los abogados de la defensa) con delitos que podrían incluir el lavado de dinero y hasta el tráfico de drogas, que no se tolera en Cuba, según la propaganda del régimen.
Al ignorar esos indicios, la jueza, los fiscales e incluso los abogados de los acusados, no solo garantizaron la impunidad de presuntos criminales, sino que además violaron leyes vigentes en Cuba.