Un total de 129 personas fueron acusadas de formar parte de varias bandas de narcotraficantes que estaban detrás de la importación a gran escala de drogas a Europa.
Un tribunal belga ha condenado a más de 100 personas por delitos relacionados con las drogas en el mayor juicio de narcotráfico de la historia del país, que desmanteló una importante red criminal que operaba en lugares tan lejanos como América del Sur y Marruecos.
El juicio ha durado cinco meses y un total de 129 personas fueron acusadas de formar parte de varias bandas de narcotraficantes que estaban detrás de la importación a gran escala de cannabis y cocaína a Europa.
Los líderes de las bandas recibieron las sentencias más largas, que van de siete a 17 años de prisión, mientras que otros acusados, incluido un exoficial de Policía, recibieron penas de prisión que iban de 14 meses a 15 años. Nueve personas fueron absueltas de los cargos.
Además del tráfico de drogas, los acusados también fueron castigados por violencia, lavado de dinero, extorsión y secuestro
¿Comunicación cifrada como prueba?
Durante años, los delincuentes se comunicaron y orquestaron el tráfico de drogas a través del servicio telefónico Sky ECC, una plataforma que se consideró “imposible de descifrar”.
En marzo de 2021, la Policía belga anunció que había pirateado el sistema y admitió haber interceptado mensajes cifrados durante más de dos años. Más tarde ese año, se llevó a cabo una operación de búsqueda masiva, con redadas en 114 lugares diferentes en Bélgica en octubre.
El abogado defensor Kris Luyckx criticó el uso de los mensajes descifrados como pruebas, argumentando que se obtuvieron de forma ilegal, y afirmando que esto afecta a la integridad del sistema judicial.
Luyckx agregó que la mayoría de los acusados se enfrentaron a sentencias severas y se preguntó si esto resolvería efectivamente el problema de las drogas en Amberes o Bruselas.
El portavoz del tribunal, Denis Goeman, argumentó que las sentencias eran justas porque la banda de narcotraficantes representaba un peligro para la sociedad. “La organización tenía sucursales en todo tipo de sectores sociales”, lo que, según Goeman, es un riesgo para “desestabilizar la sociedad”.