Pastor utilizó empresas de fachada para lavar dinero del narcotráfico

Según la acusación, José Alberto Insfrán Galeano creó empresas con recursos del narcotráfico obtenidos por su hermano, Miguel Insfrán, para abrir cuentas bancarias, obtener créditos y blanquear ganancias ilícitas mediante una red de documentos falsificados y vínculos en cooperativas y bancos.

Mecánica del lavado de dinero

José Alberto Insfrán Galeano, pastor y hermano de Miguel Insfrán, utilizó empresas ficticias para justificar ingresos y acceder a servicios financieros. Estas empresas permitieron abrir cuentas, solicitar préstamos y obtener créditos en múltiples entidades financieras, incorporando así las ganancias ilícitas del narcotráfico al sistema formal.

Entre las firmas involucradas se destacan Metalúrgica El Porvenir S.A., Barakah SRL y Agroganadera e Industrial Nuevo Horizonte. Insfrán presentó certificados de trabajo con información falsa, como salarios elevados y cargos gerenciales inexistentes, respaldados por otros miembros del clan, quienes también firmaban los documentos.

Operaciones fraudulentas en cooperativas y bancos

En 2011, Insfrán se asoció a la Cooperativa Medalla Milagrosa, donde consignó un cargo ficticio de gerente comercial. En 2017, solicitó un préstamo de G. 200 millones presentando un certificado de trabajo falso firmado por Yolanda Insfrán, que declaraba un salario de G. 50 millones.

De manera similar, entre 2011 y 2021, Insfrán gestionó múltiples préstamos en entidades como Financiera Solar y Banco Río, presentando certificados laborales falsificados. En el Banco Itaú, incluso se registró como propietario de empresas ficticias para abrir cuentas y manejar fondos ilícitos.

Cooperativa San Cristóbal: acceso privilegiado

En 2017, José Insfrán se asoció a la Cooperativa San Cristóbal con la colaboración de Juan Carlos Ozorio, quien entonces presidía la entidad. Ozorio facilitó la aprobación de múltiples solicitudes de crédito de Insfrán y su círculo cercano, incluso cuando no cumplían los requisitos básicos. Según la acusación, este esquema permitió al clan Insfrán insertar grandes sumas de dinero ilícito en el sistema financiero.

Entre los 77,000 socios de la cooperativa, solo 70, incluidos los allegados de Insfrán, accedieron a programas y beneficios privilegiados, lo que evidencia el uso de la cooperativa como herramienta para lavar dinero.

obserador

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