En una operación que se extendió por varios años y marcó un hito en la lucha contra el Cártel de Sinaloa, el equipo del agente encubierto de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), Juan Carlos Sandoval, no solo logró engañar a uno de los socios más importantes de Joaquín “El Chapo” Guzmán, sino que también desveló información clave que permitió bautizar al grupo criminal liderado por los hijos del capo como “Los Chapitos”.
Esta historia, narrada a detalle por la periodista Anabel Hernández en el capítulo más reciente de su podcast Narcosistema, “El narco infiltrado 3ra parte”, expuso las estrategias detrás de esta exitosa infiltración.
El engaño que cambió el curso de la operación
Bajo la identidad de José Luis Cázares, Sandoval se gana la confianza de Víctor Manuel Félix Félix, alias «063». (Foto: Reuters/archivo)
Una de las maniobras más audaces del equipo de Sandoval fue su capacidad para infiltrarse en las redes de Víctor Manuel Félix Félix, conocido como “063″, consuegro de “El Chapo” y pieza clave en el lavado de dinero del cártel. Bajo la identidad de José Luis Cázares, Sandoval se presentó como un experto operador financiero dispuesto a manejar los complejos movimientos de dinero de la organización.
Félix Félix, descrito como un hombre reservado y extremadamente precavido, sucumbió al engaño gracias a la meticulosidad y el carisma de Sandoval, quien logró ganarse su confianza.
El punto culminante de este engaño ocurrió cuando Félix Félix intentó involucrar a Sandoval en el tráfico de cocaína. Sin embargo, el agente de la DEA hábilmente exigió conocer personalmente a “063″ antes de aceptar el encargo.
Fue así que el equipo de Sandoval recopiló una cantidad impresionante de pruebas que incluyeron transferencias de dinero, operaciones de tráfico y comunicaciones internas del cártel. Cuando finalmente Félix Félix fue detenido en 2011, Sandoval ya había acumulado suficiente información para desmantelar una célula entera del Cártel de Sinaloa en Ecuador y conectar a varios de sus integrantes, incluyendo a los hijos de Guzmán, quienes operaban de manera casi invisible para las autoridades.
El bautizo de “Los Chapitos”
Los Chapitos: Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar; Joaquín y Ovidio Guzmán López. (Anayeli Tapia/Infobae)
Fue en medio de estas investigaciones que el equipo de la DEA comenzó a utilizar un término que cambiaría la percepción de la estructura del cártel: “Los Chapitos”. Según relató Sandoval, el apodo surgió al analizar la red de comunicaciones de una computadora incautada, que contenía mensajes entre Iván y Alfredo Guzmán Salazar, así como de sus medios hermanos Ovidio y Joaquín Guzmán López.
En los mensajes, los hermanos coordinaban movimientos de armas, drogas y dinero, así como transacciones para adquirir vehículos y propiedades de lujo. Operaban con códigos encriptados a través de sus Blackberry que dificultaban su identificación inmediata, pero su estilo operativo revelaba una independencia creciente respecto al control de su padre.
Además, el equipo logró recuperar imágenes inéditas de los Guzmán, quienes disfrutaban de una vida de lujo, viajando por destinos exclusivos en Europa y América Latina.
Las imágenes reflejaban a los hermanos Iván y Alfredo viviendo la “dolce vita” en lugares como Italia y otras capitales europeas, rodeados de amigos y propiedades de lujo. A través de estas instantáneas, el equipo de Sandoval pudo localizar las residencias y movimientos de los también llamados “Menores”, descubriendo que usaban pasaportes falsos y establecían bases fuera de México para ampliar su operación de tráfico de drogas.El término «Los Chapitos» surge al descubrir comunicaciones entre los hijos de Guzmán. (Joe Burbank/Orlando Sentinel vía AP, Archivo)
Además, estas imágenes ayudaron a identificar a otros integrantes de su red, incluidos colaboradores cercanos y familiares que mantenían bajo perfil en el esquema criminal, por ejemplo, figuras como Jesús Beltrán León, alias “El Trébol”.
El término “Chapitos” comenzó como una forma interna de referirse a ellos, pero rápidamente fue adoptado en los reportes oficiales de la DEA y del Departamento del Tesoro. Esto facilitó la segmentación de las investigaciones, permitiendo a las autoridades entender que los hermanos Guzmán no eran simplemente una extensión de “El Chapo”, sino un grupo con su propia estructura y dinámicas.
En 2013, la Corte del Distrito Sur de California abrió un expediente criminal contra Iván Archivaldo Guzmán, basándose en gran parte en las pruebas obtenidas por el equipo de Sandoval. Además, la inclusión del término en los reportes del Departamento del Tesoro permitió sanciones financieras directas contra los activos de los hermanos Guzmán.
La investigación también permitió conectar a “Los Chapitos” con episodios de extrema violencia. La disputa por el control del cártel tras la captura de su padre en 2016 exacerbó las tensiones entre los hermanos Guzmán y el clan de Ismael “El Mayo” Zambada, resultando en una guerra interna que dejó un rastro de sangre y desestabilización en México.