Por señalamientos de fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos en tres casos separados, el dirigente israelí calificó las acusaciones judiciales en su contra de “absurdas” e “injustas”, y centró su declaración en que está dirigiendo a un país que está en guerra en siete frentes y que su trabajo le consume la mayoría de su tiempo.
Se definió como una figura global relevante y aseguró que este proceso responde al intento de algunos de derrocarlo.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que hoy en día tiene sobre sí una orden de arresto internacional emitida por la Corte Penal Internacional por presuntos crímenes de guerra en la Franja de Gaza, declaró en un juicio que avanza en su contra por acusaciones de corrupción y en el que se espera que sea interrogado por su abogado a lo largo de varios días.
Sentado en el Tribunal de Distrito de Tel Aviv, comentó que esperó ocho años para este momento, “para decir la verdad tal como la recuerdo, lo cual es importante para la justicia”.