Con el cierre del año y la entrada de un nuevo ciclo, las empresas enfrentan un panorama digital con mayores desafíos. Y es que las ciberamenazas evolucionan constantemente y afectan desde pequeñas empresas hasta grandes corporativos. Ante este contexto, Zoilijee Quero Yoris, directora comercial de TecnetOne y especialista en ciberseguridad, advierte: que “la seguridad digital ya no es opcional. Es una prioridad estratégica para garantizar la continuidad operativa y la confianza de los clientes”.
Así, al cierre de estos 12 meses, estos son 12 puntos que las empresas –ya sean grandes o pequeñas– deben considerar como riesgos potenciales para prevenirse con una estrategia sólida en ciberseguridad. Conocerlos es clave para prevenirlos y reforzar la protección en el próximo año.
- Ciberataques y hackeos
Los ataques de ransomware, phishing y otras formas de hackeo aumentan cada año. Sin medidas preventivas, los sistemas críticos pueden quedar comprometidos, afectando directamente la capacidad operativa de las empresas.
- Pérdida de datos sensibles
Los datos de clientes, empleados o proveedores son activos valiosos que, al ser expuestos, pueden desencadenar sanciones legales y una pérdida irreparable de confianza.
- Robo de propiedad intelectual
La falta de una red protegida deja a las empresas vulnerables al robo de secretos comerciales, algoritmos y diseños, debilitando su ventaja competitiva en el mercado.
- Interrupción de operaciones
Ataques como la denegación de servicio (DDoS) pueden paralizar los sistemas de las empresas, provocando pérdidas económicas diarias que, en ocasiones, superan los millones de dólares.
- Daño a la reputación
Un ciberataque puede dañar la imagen pública de una organización, afectando su relación con clientes e inversores. Sobre esto, Quero Yoris enfatiza: “Las empresas no solo arriesgan datos; arriesgan su credibilidad, que en un mercado competitivo es invaluable.”
- Multas y sanciones legales
Normativas como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) en Europa o legislaciones locales exigen medidas de seguridad robustas. El incumplimiento puede derivar en sanciones económicas severas.
- Pérdida de ventaja competitiva
La exposición de procesos internos o datos críticos puede ser aprovechada por competidores, afectando el liderazgo de las empresas en su sector.
- Fraude financiero
Sin barreras de protección adecuadas, las empresas son más vulnerables a fraudes, como transferencias no autorizadas o alteración de registros financieros. Por ello, el estándar de seguridad de datos del sector de las tarjetas de pago (PCI DSS, por sus siglas en inglés) permite garantizar la seguridad de los datos de las tarjetas de pago y evitar filtraciones de seguridad.
- Costos elevados de recuperación
La recuperación tras un ataque cibernético implica costos significativos: restauración de sistemas, contratación de expertos y compensación a clientes. Según Quero Yoris: “El costo de no prevenir es siempre mayor que el de implementar medidas preventivas. La inversión en ciberseguridad es un seguro contra catástrofes digitales.”
- Vulnerabilidad de los empleados
Sin capacitación adecuada, los empleados suelen ser blanco fácil para ataques de ingeniería social, como el phishing, que explota la falta de conocimiento sobre riesgos cibernéticos.
- Problemas con proveedores y socios
Un ataque a los sistemas de un proveedor puede convertirse en un problema para las empresas vinculadas. La colaboración sin protocolos compartidos de seguridad agrava esta vulnerabilidad.
- Incertidumbre en la toma de decisiones
La falta de datos claros sobre la seguridad cibernética limita la capacidad de las empresas para planificar y responder ante riesgos. Esto aumenta su exposición ante posibles amenazas futuras.
Un llamado urgente a la acción
Para las empresas, la ciberseguridad debe ser una prioridad estratégica y no una tarea secundaria. La implementación de estrategias robustas no solo protege activos digitales, sino que también asegura la continuidad operativa y la confianza de clientes e inversores.
Quero Yoris concluye con una advertencia clara: “Ignorar la ciberseguridad en la era digital es como dejar las puertas abiertas en un vecindario peligroso. Las amenazas están ahí y solo con prevención podemos enfrentarlas”.
“Invertir en ciberseguridad es invertir en el futuro de las empresas. Que este nuevo año sea un punto de partida para implementar las medidas necesarias y proteger lo más valioso: la confianza y la sostenibilidad del negocio”.