El líder opositor encarcelado, Keiko Fujimori, se negó a hablar con el fiscal de Perú el lunes (18 de marzo) como parte de un caso de corrupción vinculado al gigante de la construcción brasileña Odebrecht.
El fiscal José Domingo Pérez quiso entrevistar al líder de la Fuerza Popular sobre las denuncias de financiamiento ilegal de campañas antes de las elecciones de 2011 y 2016.
“Ella expresó su voluntad de permanecer en silencio durante la sesión. Tiene derecho a permanecer en silencio o abstenerse de hablar, y eso debe respetarse «, dijo Pérez después de abandonar la prisión de mujeres donde se encuentra recluido Fujimori desde el 31 de octubre. Se le ordenó que permanezca en prisión preventiva hasta por tres años.
Pérez necesitaba un cordón policial para ayudarlo a salir de la prisión cuando fue atacado por los partidarios de Fujimori.
Los partidarios de Fujimori lanzaron botellas de agua y otros objetos, quienes gritaban: «Keiko, no estás sola, tu gente está aquí».
Fujimori, la hija del ex presidente deshonesto Alberto Fujimori, él mismo encarcelado por abusos contra los derechos humanos, acusó a Pérez de carecer de imparcialidad.
«Después de vivir abusos y excesos, como resultado de la falta de justicia, decidí aprovechar mi derecho al silencio ante un fiscal que, en mi caso, ha perdido toda vista de objetividad», escribió Fujimori en Twitter.
La abogada de Fujimori, Giulliana Loza, dijo que el silencio no era nada más que su cliente ejerciendo un derecho.
Fujimori está acusada de aceptar US $ 1,2 millones en fondos de partidos ilícitos de Odebrecht para su campaña presidencial de 2011.
Los fiscales han acusado a un total de 11 personas vinculadas al partido de la Fuerza Popular de Fujimori de dirigir «una organización criminal» para recaudar fondos ilícitos para su campaña de 2011.
La compañía brasileña admitió haber pagado al menos US $ 29 millones en sobornos a funcionarios peruanos desde 2004.
Cuatro ex presidentes están siendo investigados en relación con el escándalo de corrupción de Odebrecht en toda la región de varios millones de dólares.
El encarcelamiento de Fujimori ha dañado seriamente sus posibilidades de presentarse en las elecciones presidenciales de 2021.
Su padre, presidente desde 1990 hasta 2000, cumple una condena de 25 años por crímenes de lesa humanidad y corrupción.