El expresidente de BBVA, Francisco González, ha dicho hoy en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia que los sistemas de protección de activos (SIP) que integraron cajas de ahorros para formar entidades más grandes supuso «juntas cajas buenas con cajas malas para obtener cajas peores».
González declara como testigo a petición de las acusaciones particulares, en una lista en la que también figuran el exministro de Economía Luis de Guindos, el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, o la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
A preguntas de la fiscal Carmen Launa, González ha detallado los pormenores de la crisis financiera que se inició en 2007 y su relación con la caída de Bankia, que en su opinión «es una historia de tiempo, no una historia de un día».
Al comienzo de la crisis mundial, en 2007, ha relatado, en España se mantuvo que el sistema financiero era «el mejor del mundo, que estaba muy bien», y se empezó a intentar arreglar con el mecanismo de los sip, que consistió en «juntar cajas buenas y cajas malas ara sacar cajas peores».
Y en el caso de Bankia, ha explicado, apareció Caja Madrid, «que empieza a quebrarse, y ya Bancaja es el final, es lo que pone a Bankia en una situación súper complicada».
La sensación que había es que «en España había un problema muy grande, y que si no se arreglaba lo de Bankia iba a arrastrar al conjunto del sistema financiero».
Parar la salida de Bankia
González ha asegurado este miércoles ante la Audiencia Nacional que su entidad fue «implacable» al resistirse a los intereses políticos y económicos y no acudir a la salida a Bolsa de Bankia, la cual pretendió parar con su decisión «pero desgraciadamente no se hizo caso».
En calidad de testigo, González ha insistido en que el debut bursátil de julio de 2011 fue «una mala decisión» no sólo de los antiguos administradores de Bankia, liderados por Rodrigo Rato, sino también de «entidades e instituciones que se empeñaron en hacer algo que no debía hacerse», por lo que entiende que fue un «error» propiciado por las circunstancias políticas, pero no un delito.
Sobre la experiencia de BBVA, ha relatado a la sección cuarta de la sala de lo Penal que empezaron a dudar de si participar en la operación después de que sus técnicos les dieran un precio «muy por debajo del rango que usaban los bancos colocadores».
Por ello buscaron como hecho objetivo el interés de los inversores internacionales, «que fue cero». «Fuimos implacables y dijimos no. No podemos entrar en una salida a Bolsa de tal magnitud en la que inversores institucionales no están.
Y sabemos que fue una decisión muy criticada porque íbamos en contra de intereses políticos, de organismos muy importantes», ha explicado González. El banquero ha incidido en el hecho de que a pesar de que los bancos colocadores del debut bursátil de Bankia eran extranjeros, «muy importantes» y con una amplia nómina de clientes, fueron incapaces de atraer inversores del exterior.
«Estaba claro que eso no valía nada», ha sentenciado González.
ALD/Finanzas