Sebastián Marroquín, hijo del fallecido narcotraficante colombiano Pablo Escobar, advirtió sobre los peligros del narcotráfico, afirmando que este camino solo lleva a la destrucción personal y familiar, no al éxito.
Durante una charla en Sinaloa, Marroquín compartió sus reflexiones sobre el crimen organizado y su impacto.
“Ese camino no te lleva al éxito, te lleva a la destrucción de tu familia, a la propia, a la pérdida de tu libertad, de tu tranquilidad” afirmó Marroquín, recordando la historia de su padre.
Dijo que su padre nunca tuvo una vida tranquila. “No tuvo un momento de paz, ni con todo su dinero pudo comprar un minuto de paz”.
En una nota del Sol de Sinaloa, exhortó a los jóvenes de esa entidad a no dejarse influenciar por la imagen idealizada del narcotráfico.
Instó a que tomen decisiones más sabias y no caigan en las ilusiones de riqueza y poder que el crimen organizado aparenta ofrecer.
Destacó la necesidad de conocer el pasado y aprender de los errores para no repetirlos, haciendo un llamado a la reflexión personal y espiritual.
En cuanto a la situación actual del narcotráfico en Colombia, Marroquín subrayó que, a pesar del cambio en los líderes de los cárteles, el problema sigue presente y ha crecido.
”Hoy tenemos más drogas que nunca en la historia de la guerra contra las drogas”, lamentó, y propuso que se considere la regularización como una posible solución para disminuir la violencia y el poder de los grupos criminales.
Pablo Escobar y lo que causó en Colombia
Su padre, Pablo Escobar Gaviria, fue considerado uno de los narcotraficantes más poderosos de la historia. Tuvo el control del tráfico de drogas en la década de los ochenta y principios de los noventa.
Todo se construyó sobre la violencia, utilizando tácticas de terror para evitar su extradición a Estados Unidos.
Escobar no solo controlaba el mercado de la droga, sino que también participó en actos de terrorismo como la explosión del Palacio de Justicia en 1986 y el atentado contra un avión de Avianca en 1989.
