Un testigo de la Fiscalía en el juicio contra Genaro García Luna en Nueva York señaló este miércoles de nuevo un supuesto apoyo del exsecretario mexicano a Joaquín El Chapo Guzmán, exlíder del cártel de Sinaloa y sentenciado a cadena perpetua en EE.UU., a quien habría dado protección, denuncia, en vez de combatirlo.
antilavadodedinero / Telemundo
Un agente del FBI identificado como José Moreno describió al jurado cómo fracasó una operación lanzada contra Guzmán en el estado mexicano de Baja California por culpa, dijo, de la Policía Federal, en ese entonces bajo el mando de García Luna, que está siendo acusado por la Fiscalía federal de recibir sobornos del narco.
El 22 de febrero de 2012, relató Moreno, convocó a 64 agentes federales mexicanos a las 13:30 (hora local) en una zona residencial de la localidad de Cabo San Lucas para asaltar una vivienda en la que creían que se encontraba El Chapo. Pero 50 se presentaron una hora tarde y, cuando arrancó el operativo, registraron dos viviendas antes de entrar en la casa donde se sospechaba que estaba el capo. Además, explicó, no habían protegido el perímetro.
Moreno dijo que El Chapo no fue atrapado, pero en la casa hallaron una gran cantidad de armamento y detuvieron a varias personas.
García Luna impulsó en 2001 la creación de la Agencia Federal de Investigación (AFI), una corporación que intentó cimentar su estructura y la capacitación de su personal en técnicas aplicadas por el FBI. Dirigió la AFI hasta 2005, y en los seis años siguientes fue secretario de Seguridad Pública de México. El Gobierno mexicano trabajo con Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) en la persecución de grandes capos del narco, como El Chapo Guzmán, y el FBI era uno de los colaboradores de las autoridades estadounidenses en la investigación de este narco.
Guzmán, de 65 años, cumple una condena por traficar cocaína y otras drogas a Estados Unidos durante 25 años. Las autoridades mexicanas estuvieron varios años tras sus pasos, hasta que fue capturado finalmente en 2016 en México y extraditado a EE.UU. en 2017. En el juicio en su contra en Nueva York, en 2018, en la misma corte federal y ante el mismo juez del proceso contra García Luna, fue cuando se conocieron las primeras acusaciones sobre el dinero presuntamente pagado al exsecretario para ayudar al narco.
La acusación contra García Luna incluye tres cargos por tráfico de cocaína, uno por delincuencia organizada y otro por falsedad de declaraciones; de ser declarado culpable, puede recibir una pena máxima de cadena perpetua. Y en el juicio en su contra el nombre de El Chapo ha sido mencionado en varias ocasiones; la última vez por parte de Édgar El Diablo Veytia, exfiscal del estado de Nayarit.
El exfiscal dijo que recibió órdenes del entonces gobernador de Nayarit, Ney González, que provenían supuestamente de García Luna y el expresidente Felipe Calderón (2006-2012) para proteger a Guzmán y sus aliados en el cártel de Sinaloa en medio de la guerra interna de la organización criminal de los Beltrán Leiva.
“La línea era El Chapo”, dijo el testigo, quien no dio más detalles argumentando que no se cuestionaban esas órdenes. Calderón negó la acusación por completo y la calificó de “una absoluta mentira”.
Veytia, sentenciado por apoyar al cártel de los Beltrán Leyva —una escisión del de Sinaloa—, agregó que ese mismo mensaje también le llegó de la mano derecha de García Luna, Luis Cárdenas Palomino, quien está procesado en México también por vínculos con el narcotráfico y acusado de tortura.
La Administración para el Control de las Drogas (DEA, en inglés) ha dado a conocer que sospechaba de García Luna desde 2010, cuando recibió información de un excapo narco arrestado sobre presuntos sobornos de la organización de Beltrán Leyva. La investigación se vio demorada años ante las complicaciones para recabar pruebas.
La defensa de García Luna, que ha negado la acusación calificándola de una “venganza” del narco apoyada por las autoridades de Estados Unidos, usó por su parte este miércoles el testimonio de un exembajador estadounidense a favor de su argumento de que se trata de sospechas infundadas, sin pruebas.
Earl Anthony Wayne dijo, a preguntas de la defensa, que durante el tiempo que ejerció de embajador en México (2011-2015) recibía información periódica de agencias de seguridad pero nunca hubo nada “específica ni creíble” de que García Luna fuera corrupto.
El exembajador, que al salir de la sala saludó a la mujer de García Luna, presente en el proceso desde que dio comienzo hace tres semanas, declaró, por otra parte, que sí había sido informado de que los cuerpos de seguridad estadounidenses preferían no trabajar con la Policía Federal cuando se trataba de operaciones contra el cártel de Sinaloa.
García Luna está acusado de aceptar maletas con dinero —millones de dólares— para permitir que el cártel de Sinaloa operara con impunidad mientras enviaba toneladas de cocaína a Estados Unidos.
La Fiscalía asegura que, mientras tenía la función de liderar la lucha en México contra las drogas, se encargaba de que el cártel recibiera información sobre las investigaciones, facilitarle el paso de la droga a través de puntos de revisión policiales, e incluso proporcional la ayuda de agentes federales para traficar por aeropuertos.
El abogado de García Luna, César de Castro, ha dijo a los miembros del jurado que la acusación se basa en “rumores, especulación y las palabras de algunos de los mayores criminales del mundo”.