El Grupo Wolfsberg, reconocido por su liderazgo en la lucha contra el lavado de dinero (AML) y la financiación del terrorismo (CFT), ha emitido comentarios clave en respuesta a la propuesta de reglamentación de FinCEN para los programas AML.
Este nuevo marco regulatorio, que tiene como objetivo principal mejorar la efectividad de los programas AML, podría marcar un cambio de paradigma en la industria financiera. Sin embargo, el Grupo Wolfsberg advierte que, tal como está redactada, la norma propuesta podría llevar a un enfoque más técnico y menos efectivo en la gestión de riesgos.
Puntos Clave del Documento:
Reasignación de Recursos: El Grupo Wolfsberg insiste en que las instituciones financieras deben tener la capacidad de reasignar recursos desde actividades de bajo riesgo hacia aquellas que representan mayores riesgos. Este enfoque es esencial para asegurar que los esfuerzos y recursos se enfoquen donde más se necesitan, alineándose con la intención del Congreso en la Ley AML de 2020.
Flexibilidad en la Evaluación de Riesgos: La propuesta actual podría interpretarse como demasiado rígida, limitando la capacidad de las instituciones para evaluar los riesgos de manera efectiva según sus perfiles específicos. El Grupo solicita que se permita a las instituciones mayor libertad en la forma en que evalúan y gestionan estos riesgos.
Claridad en la Implementación de las Prioridades Nacionales: Las instituciones financieras deben tener flexibilidad no solo para decidir qué prioridades nacionales incorporar, sino también en la manera de hacerlo. Esto asegurará que los recursos se utilicen de manera eficiente y en las áreas de mayor riesgo.
Innovación en Programas AML: Aunque la propuesta de FinCEN menciona la posibilidad de usar tecnología innovadora, el Grupo Wolfsberg subraya la necesidad de eliminar barreras que actualmente impiden que las instituciones adopten nuevas tecnologías de manera efectiva.
Tiempo de Implementación: El Grupo considera que el plazo de seis meses para implementar los cambios es insuficiente. Se recomienda un período de al menos dos años para que las instituciones puedan ajustar sus programas de manera adecuada y evitar consecuencias no deseadas.
Conclusión:
El Grupo Wolfsberg apoya firmemente el objetivo de FinCEN de mejorar la efectividad de los programas AML, pero subraya que el éxito de esta iniciativa depende de la flexibilidad y claridad en la reglamentación. Un enfoque rígido podría resultar contraproducente, desviando los esfuerzos de la prevención efectiva del crimen financiero hacia el mero cumplimiento técnico.
El Grupo está dispuesto a colaborar estrechamente con FinCEN para garantizar que la reglamentación final refleje la intención del Congreso y facilite la implementación de programas AML verdaderamente efectivos.
Enlace al documento original del Grupo Wolfsberg