Alejandro Rebolledo: La Defensa del Esequibo: Un Deber Patriótico e Ineludible

La preservación de la integridad territorial y la soberanía es una cuestión vital para el desarrollo y la identidad de Venezuela. En este contexto, la protección del Esequibo no es meramente un compromiso geográfico; se erige como un deber patriótico que nos convoca a todos, uniendo a la nación en un compromiso firme con su herencia y su porvenir.

Un Deber que Transcender Fronteras

La controversia en torno al Esequibo trasciende límites geográficos; es un llamado profundo a la lealtad y determinación patriótica que debemos abrazar. Al salvaguardar esta región, no solo resguardamos límites en el mapa, sino que aseguramos la preservación del legado que transmitiremos a las próximas generaciones. Este deber va más allá de la demarcación territorial; es un acto que reafirma nuestra identidad como venezolanos.

Proteger la Soberanía para Construir el Futuro

La defensa del Esequibo arraiga en la necesidad apremiante de garantizar nuestra soberanía. Al encarar este desafío con resolución, estamos forjando el futuro que merecen las generaciones venideras. Proteger esta región no es solo un acto en el presente, sino una inversión en la estabilidad y prosperidad de quienes nos sucederán.

Un Llamado a la Unidad Nacional

La fortaleza de un país reside en la lealtad a su tierra. El Esequibo no es solo un territorio; es un símbolo de unidad nacional. En este deber patriótico, todos los venezolanos encontramos un terreno común para dejar atrás nuestras diferencias y trabajar hacia un objetivo compartido. La defensa del Esequibo no es solo responsabilidad del gobierno; es un llamado a la acción para cada ciudadano comprometido con el bienestar de su patria.

Compromiso con el Acuerdo de Ginebra de 1966: Estrategia para la Resolución Pacífica

Este deber patriótico también halla respaldo en el Acuerdo de Ginebra de 1966, un instrumento que establece principios fundamentales para la resolución pacífica de disputas territoriales. Al reafirmar nuestro compromiso con este acuerdo estratégico, demostramos al mundo nuestra voluntad de buscar soluciones justas y pacíficas para resolver las diferencias limítrofes.
Forjando el Futuro con Firmeza y Convicción

La defensa del Esequibo es un recordatorio constante de que la identidad nacional va más allá de las palabras; se construye con acciones concretas y decididas. Al cumplir con este deber patriótico, no solo protegemos nuestras fronteras, sino que también cimentamos un legado de firmeza y compromiso para las generaciones futuras. En cada gesto de protección del Esequibo, reafirmamos no solo nuestro territorio, sino también nuestra fortaleza como pueblo unido. Es un acto de preservación de nuestra historia y la construcción de un futuro donde la lealtad a la tierra sea la fuerza motriz que guíe a Venezuela hacia nuevos horizontes. En este empeño, cada venezolano se convierte en un arquitecto del futuro, contribuyendo con su compromiso y estrategia a la grandeza de la nación.

elespectadordecaracas

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