Aumentan las operaciones antidroga para frenar el transporte de cocaína desde Sudamérica

El jefe de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional en Canarias señala que la activación de la ruta canaria, se debe a que las mafias están dando salida a los excedentes que se han producido en los años del COVID, como consecuencia del bajón de consumo que produjo grandes stocks.

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Canarias es algo más que un Archipiélago de sol y playa. Los carteles de Sudamérica han puesto desde hace décadas su objetivo en las islas para el narcotráfico en la ruta atlántica que les posibilita su entrada en Europa.

El jefe de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional en Canarias, que prefiere mantener su identificación en el anonimato ha explicado en exclusiva a la Cadena Ser que «si es cierto que ha habido un mayor número de operaciones exitosas, esto se debe, en parte, al incremento desde hace unos cuantos años, de la implementación de la colaboración del Ministerio de Asuntos Exteriores que coordina las operaciones marítimas antidroga a gran escala y, lo que son las agencias internacionales que han empezado a colaborar muy activamente en lo que es la localización y la aprensión de embarcaciones que cruzan el Atlántico.

Ahora, ha habido más éxito en ese sentido, pero también ha habido un mayor transporte debido a los excedentes que se han producido en los años del COVID y el bajón de consumo que provocó grandes stocks de droga. Ahora le están dando salida. Canarias está en un zona estratégica, en medio de Europa, para este tipo de operaciones».

Sólo durante el pasado mes de agosto, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado abordaron cuatro embarcaciones en aguas del Atlántico cercanas a las islas, con hachís y cocaína, listas para su distribución, «el origen primario es Sudamérica, en las zonas de producción, Colombia, Perú y Ecuador y desde Sudamérica parten a Europa por la ruta atlántica y la africana.

Porque aquí en Canarias tenemos las dos facetas, estamos en mitad de esas dos rutas, la africana también ha crecido mucho por la capacidad que han tenido los carteles de instalarse en la costa occidental de África, el África subsahariana, donde se han sentado bases de operaciones y grandes almacenes, desde donde distribuyen la droga.»

Sin embargo, también en los últimos años se ha incrementado los vínculos entre estas organizaciones dedicadas al tráfico de drogas que usan la ruta africana en los dos sentidos, el hachís saldría de Marruecos en dirección a América y en sentido inverso, la cocaína viajaría por el Atlántico desembarcando en la Costa Oeste de África, para posteriormente transportarla a la Península.

La última operación de este tipo detectada fie en abril, llevada a cabo por el Centro Regional de Análisis e Inteligencia contra el narcotráfico junto con el Equipo Contra el Crimen Organizado de Canarias de la Unidad Central Operativa, las Comandancias de Sevilla, Huelva y Las Palmas, todo ello coordinado por EUROPOL con las autoridades portuguesas, francesas y de Gran Bretaña. Esta operación se saldó con la intervención de cerca de dos toneladas de cocaína y cinco de hachís. La Guardia Civil frustró un alijo de cocaína cuando otra organización criminal asentada en Gran Canaria iba que hacerse cargo de ella, tras haber sido desmantelada la organización peninsular y se saldó con 50 detenidos en la denominada operación CASTLE.

La cocaína de Sudamérica y el hachís del norte de África, sustancias «estrella» para el narcotráfico

El responsable de UDYCO manifiesta que en cuanto a los tipos de sustancias que las mafias transportan en sus embarcaciones «hay dos vertientes, a nivel internacional la cocaína es la estrella de las sustancias estupefacientes que mayor consumo y beneficio le produce a las organizaciones, pero en términos porcentuales y a nivel local es el hachís y los derivados del cannabis, que provienen del norte de África y que registra el mayor volumen de aprensiones no en importancia pero si en cantidad».

En lo referente a las operaciones en el ámbito local en las islas, el jefe de la UDYCO señala que «no hay más presencia de menudeo porque esa actividad no ha cesado nunca en el tiempo, lo que si hay es una mayor visibilidad de esa actividad y se ha debido a la necesidad de la población de adquirir esas sustancias.

Siempre ha estado. En cuanto a Molino de Viento fue una respuesta necesaria, a una zona de conflicto muy concreta, se llevaba trabajando incesantemente desde hacía tres o cuatro años, con operaciones puntuales, contra las personas de las que tenemos conocimiento que ejercen la dirección y la distribución en esa zona concretamente en los últimos tres años, se han desarticulado por tres veces consecutivas los tres puntos fundamentales de venta del barrio.

La policía y las fuerzas de seguridad actúan, la justicia actúa, pero la necesidad de cierto tipo de población de adquirir esas sustancias pues al final hace que se vuelvan a reestructurar, vuelvan a crear nuevos focos de venta y de consumo y bueno es una lucha incesante en la cual no podemos bajar la guardia nadie pero que es complicado de erradicar porque engloba muchos más factores que solo la respuesta policial».

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