La Policía de Investigaciones de Chile se puso manos a la obra y recabó información que impactó a la ciudadanía: se reportó un alza del 34,8 % en delitos de estafa, recibiendo un total de 18.014 denuncias a nivel nacional; en 2020 se recibieron un total de 13.439 denuncias. Según la PDI, más de la mitad de las denuncias poseyeron un denominador común: el hecho se había dado vía internet.
Antilavadodedinero / Cl24cl
El fraude, también conocido como estafa, es un delito que atenta contra el patrimonio o propiedad ajena; lo que distingue a este accionar es que una persona se aprovecha de la buena voluntad de otra, engañándola y simulando negocios falsos de los cuales podrá sacar un provecho para sí mismo/a y otros/as.
El jefe de la Brigada de Delitos Económicos de la Policía de Investigaciones de Chile, Marcelo Romero, que realizó un pequeño trazado acerca no solo de cómo esta funciona, sino cómo esta va renovándose y aplicando nuevos modelos de acercamiento a las personas.
Los delincuentes son innovadores, van evolucionando en su modo de operar y se van ajustando a la época del año en que aumenta el consumo o la adquisición de determinados bienes y servicios.
Uno de los ejemplos fue el día de la madre, fecha en que aumenta la demanda de perfumes y cosméticos; otra es el periodo estival, cuando la demanda de arriendos también aumenta, entre otras fechas relevantes. Acerca de cómo detectar un delito a tiempo, aseguró que “el pago por adelantado debería ser una señal, una alerta, porque el delincuente siempre va a solicitarlo”.
La víctima, con la ilusión de contar con un servicio que sería el arriendo de un lugar de veraneo, se nubla y accede a pagar por adelantado sin verificar la veracidad de la información
¿Cómo evitar los fraudes?
Para evitar fraudes cibernéticos, es decir, phishing, pharming y spear-phishing, la PDI recomendó realizar operaciones en sitios seguros, verificando que la URL comience con «https://» y/o tener presente que los bancos no solicitan actualizaciones de datos por correo electrónico o teléfono.
A la hora de hablar de claves, no deberán compartirse con terceros desconocidos, cambiarse con frecuencia y utilizar símbolos, números y letras tanto en minúscula como mayúscula. Que soliciten entregar datos personales, como la dirección o datos sobre familiares también es una señal de alerta de fraude.