Expertos del Banco Mundial han afirmado en diferentes oportunidades que la tecnología Blockchain, que forma parte de la llamada “la cuarta revolución industrial”, podría ser una aliada importante de cara a la lucha contra la corrupción en América Latina y el Caribe. De hecho, no son nuevos los esfuerzos de la institución en acercarse a esta tecnología, como tampoco es un secreto que reconocen su potencial e incluso lo han discutido con otros organismos de renombre.
En tal sentido, estos expertos declaran que Blockchain tiene muchos usos potenciales, como por ejemplo la capacidad de cambiar modelos económicos y de negocios, a través de información confiable, encriptada y difícil de modificar, debido a su constitución en forma de bloques digitales.
En medio de todos los avances tecnológicos que vivimos en la actualidad, Blockchain tiene el poder de alterar los actuales modelos económicos y de negocios, y convertirse en un activo particularmente valioso para las economías emergentes, en especial en América Latina y el Caribe, donde la penetración de la telefonía móvil puede facilitar adopciones tecnológicas.
Por ejemplo, uno de los usos estudiados de Blockchain es el de las remesas bancarias.
Según el Foro Económico Mundial, los servicios financieros tradicionales cobran un 7,4 %, lo que podría verse reducido a menos del 3% si se usa Blockchain, tal como arrojó una prueba hecha en Serbia. La razón de esta reducción en las comisiones es que la tecnología de cadena de bloques proporciona transferencias de dinero que eliminan los gastos generales asociados con los intermediarios.
Corrupción en jaque
Dentro de los múltiples usos potenciales que tiene Blockchain, uno que ha llamado la atención del Banco Mundial ha sido el de la lucha contra la corrupción, un flagelo que amenaza el desarrollo de la salud, educación, justicia, inversión y prosperidad de un país; generando a su vez pobreza, vulnerabilidad, estancamiento y desempleo, entre otras consecuencias.
Según informe de la ONG Transparencia Internacional, organización que desde 1995 publica el ranking de percepción mundial de la corrupción, más del 50% de los latinos cree que su gobierno no enfrenta la corrupción, mientras que uno de cada tres que usaron algún tipo de servicios públicos en el último año ha tenido que pagar soborno.
Otros estudios indican que los pobres pagan mayor porcentaje de sus ingresos en sobornos. Por ejemplo, en Paraguay, casi el 13% de sus ingresos van a parar en pagos de sobornos, mientras que en hogares de mejor ingreso, la cifra es del 6,4%.
Blockchain al rescate
La tecnología Blockchain ofrece fácil identificación y trazabilidad, aspectos que en buena medida impedirían que la corrupción vuelva a sus andanzas y mejoraría los controles internos en las organizaciones. Una auditoría, o una investigación por fraude, que toman meses o jamás concluyen, pueden incluso ser instantáneas.
En consecuencia, este cambio funcionaría como disuasivo para los sobornos, sobre todo en el sector público, y ampliaría el impacto hacia el desarrollo.
Uno de los aspectos que vendría a impulsar la adopción de Blockchain en la lucha frente a la corrupción es el hecho de que en América Latina y el Caribe la penetración móvil sigue creciendo, así como también la popularidad de las criptomonedas, lo que ayudaría en gran medida a erradicar la pobreza extrema y promover la prosperidad en la región, objetivos en los que viene trabajando el Banco Mundial desde hace tiempo.
Un ejemplo de esto último, es el lanzamiento por parte del Banco Mundial en agosto de 2018 del bond-I, el primer bono en el mundo en ser creado, asignado, transferido y gestionado a lo largo de su ciclo de vida mediante Blockchain.
ALD/TEL