El fenómeno empezó a advertirlo la PDI en 2015, y de ahí en adelante todo ha sido “explosivo”. Si hace cinco años se registraban solo cuatro o cinco operativos de incautaciones de cajetillas de cigarros que ingresan a Chile como contrabando, la cifra llegó a casi 40 en 2017 y este año van más de 20 operaciones de esta naturaleza.
Antilavadodedinero / LaTercera
Con el tiempo, para la PDI este tipo de delitos se transformó “en una actividad criminal igual de grande que el tráfico de drogas en cuanto a los réditos finales”, la cual, además, está concentrada en la Macrozona Norte del país.
“En 2018, que es el año promedio que tenemos nosotros, nos encontramos con que estos cigarrillos que incautamos habrían dado una ganancia de más de $ 3.500 millones”, explica el jefe de la Prefectura Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado Norte, subprefecto Roy Farías.
Al principio, el contrabando de cigarrillos solo se trataba como algo aduanero. Tenía penas bajas, las cuales incluso eran sustituidas por el pago de impuestos. Pero con el tiempo la PDI junto con el Ministerio Público cambió la estrategia.
Las bandas que han logrado detectar han sido formalizadas no solo por contrabando, sino que también por otros delitos, como, por ejemplo, asociación ilícita o lavado de dinero.