Los potentes analgésicos, también llamados opioides, todavía se prescriben con demasiada rapidez y de manera imprudente en Bélgica, según un estudio realizado el lunes por Yael Ekstein, estudiante de maestría en la Universidad de Amberes, que filtra mil recetas de farmacias belgas.
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Los opioides son sustancias sintéticas o naturales cuyos efectos son similares a los del opio, actúan sobre las áreas del cerebro encargadas de controlar el dolor. Uno de los más conocidos es la morfina, pero existen muchas variantes, más ligeras o más fuertes, como el fentanilo, de 13 a 15 veces más potente que la heroína. “Por lo tanto, la adicción y el abuso esperan a los usuarios.“explica Yael Ekstein.
Para evaluar con qué frecuencia y qué tan fuertes se prescriben los analgésicos, el investigador recopiló datos de más de mil recetas recopiladas de 14 farmacias en Bélgica. Una de cada cuatro recetas analizadas estaba escrita en papel. “De estos, solo el 3% cumplía con todos los requisitos legales“, dice Yael Ekstein.
“La dosis y el número de unidades deben escribirse en su totalidad para evitar abusos.“, afirma el investigador. “Una gran proporción de los médicos que prescriben no siempre lo hacenLa mayoría de las recetas electrónicas estaban en orden, pero una de cada siete recetas no indicaba la dosis a utilizar para el paciente.
“La crisis de los opiáceos en Estados Unidos ha dejado claro que se recomienda encarecidamente prescribir siempre la dosis más baja posible“, agrega Yael Ekstein”.Deben evitarse las dosis altas o deben ir acompañadas de medidas de supervisión. Sin embargo, en nuestro estudio parece que las prescripciones de fentanilo superan en promedio la dosis que consideramos segura. Es inquietante.“
Un proyecto de ley presentado al parlamento prevé proporcionar al paciente solo la dosis que necesita a corto plazo, como ya ocurre en otros países europeos.
El uso de los cinco mayores opioides aumentó un 82% en nuestro país entre 2006 y 2017”.Más precaución en la prescripción de opioides es crucial en interés de la seguridad del paciente. No estamos señalando con el dedo, pero este estudio muestra que algunos dispensan opioides con demasiada laxitud“, concluye Yael Ekstein.