Biden descongela activos del Banco de Afganistán para facilitar ayuda humanitaria

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha ordenado este viernes la descongelación de unos 3.500 millones de dólares (unos 3.000 millones de euros) en activos paralizados del Banco Central de Afganistán para facilitar la ayuda humanitaria al país centroasiático, ahora mismo devastado tras décadas de conflicto que culminaron en la victoria del movimiento talibán y la consiguiente suspensión de los programas de ayuda internacional que permanecían vigentes con el derrocado gobierno afgano.

Antilavadodedinero / Treasury.gov

La orden ejecutiva de Biden implica que Estados Unidos asume primero la «protección» parcial, como describe la nota de la Casa Blanca, de los aproximadamente 7.000 millones de dólares (6.100 millones de euros) de activos paralizados del Banco Central en Estados Unidos. De ellos, 3.500 millones irán destinados para ayuda humanitaria y la otra mitad para un fondo destinado a los litigios en curso de las víctimas de terrorismo en Estados Unidos, en particular de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Así pues, esta orden de trata de una incautación que «bloquea todos los bienes e intereses en los bienes» del banco «que estén en manos de cualquier institución financiera de los Estados Unidos, incluido el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, y obliga a la transferencia de los bienes bloqueados» como paso previo a su entrega, según fuentes de ‘The New York Times’, a organizaciones humanitarias para atender la crítica situación en el país.

Esta orden, según la Casa Blanca, está destinada así a abordar «la crisis humanitaria generalizada en Afganistán, y cubrir sus urgentes necesidades de seguridad alimentaria, agua, saneamiento, salud, higiene, vivienda y asistencia para asentamientos, y asistencia relacionada con COVID-19», ante la amenaza «cada vez más profunda» de un «potencial colapso económico» en el país.

Estas mismas fuentes insisten en que el dinero no iría directamente a los talibán, sino que acabaría recogido en un fondo fiduciario por el que las autoridades estadounidenses entregarían determinadas cantidades periódicas a las ONG internacionales, encargadas últimas de la compra y la distribución de ayuda. Se trata no obstante de una operación muy delicada –rara vez Estados Unidos se ha incautado directamente de activos de un país extranjero en suelo nacional– así que se espera que el proceso de creación de este fondo tarde meses en finalizar.

Los talibán llevan exigiendo el control de este dinero desde que completaron su conquista del país el pasado 15 de agosto, pero frente a ellos se encuentra un grupo de familiares de las víctimas del 11-S, quienes han llegado a ganar juicios contra el grupo fundamentalista en los que solicitaban al Gobierno estadounidense que embargara estos activos, si bien algunas de las familias implicadas en los procedimientos recomiendan, recuerda el ‘NYT’, que estos fondos en juego vayan directamente a la recuperación de las familias afganas.

Estos 7.000 millones de dólares comprenden divisas, bonos e incluso oro, acumulados durante estos últimos 20 años como excedente de la ayuda económica proporcionada por Estados Unidos y otros países al Gobierno afgano, y son considerados como una especie de «fondo de emergencia». Parte de esta cantidad, unos 500 millones de dólares, sirven como garantía física de los depósitos de los afganos en sus bancos locales.

Para EEUU, esta orden se trata de «un paso adelante en el esfuerzo de Estados Unidos por autorizar la transferencia de una parte significativa de los fondos para satisfacer las necesidades del pueblo afgano».

La orden está «diseñada con la intención de abrir un camino para que los fondos lleguen a la gente de Afganistán, mientras los mantiene fuera del alcance de los talibán y otros actores malintencionados», como les describe la Casa Blanca, antes de recordar que ahora mismo hay sanciones en vigor contra los talibán y sus asociados de la red Haqqani, «por actividades que amenazan la seguridad de los estadounidenses».

LOS TALIBÁN DENUNCIAN UN «ACTO DE DEPRAVACIÓN MORAL»

De hecho, y minutos antes del anuncio de Biden, el portavoz de la oficina política de los talibán en Doha (Qatar), Mohamed Naim, había vuelto a criticar duramente la congelación de los bienes afganos en Estados Unidos. «El hecho de que Estados Unidos robe y se apodere del dinero del pueblo afgano representa el nivel más bajo de depravación humana y moral al que puede llegar un país», ha lamentado.

«El fracaso y la victoria son normales en la historia y la vida, pero no hay derrota más vergonzosa que aquella donde lo militar y lo moral van de la mano», ha añadido.

La Casa Blanca reconoce, con todo, que «no hay soluciones fáciles para los desafíos económicos de Afganistán», un país que enfrenta a una contracción económica del 30 por ciento, y donde el 97 por ciento de los afganos podría caer en la pobreza a mediados de 2022, según Naciones Unidas; «problemas que se han visto exacerbados por la toma por la fuerza del país por parte de los talibán».

Expertos consultados por el ‘Times’ temen que esta medida paralice todavía más al mermado Banco Central afgano, dado que el «drenaje» de una buena parte de su capital internacional –el banco tiene otros 2.000 millones de activos dispersos en Alemania, Suiza, Emiratos Árabes Unidos y Qatar–, obstaculizará los esfuerzos de la institución afgana para estabilizar la moneda y los precios en el país.

Aca la orden: The President has signed a new Executive Order Protecting Certain Property of Da Afghanistan Bank for the Benefit of the People of Afghanistan.

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