En un discurso televisado para la nación, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió que se implementen regulaciones de armas más estrictas. La exigencia del mandatario estadounidense ocurre en respuesta a la serie de tiroteos masivos que han consternado al país en las últimas semanas.
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«Tenemos que prohibir la venta de armas de asalto y de cargadores de alta capacidad. Y si no conseguimos prohibir la distribución de esas armas de asalto, entonces debemos aumentar la edad para comprarlas, de 18 a 21 años, fortalecer las verificaciones de los antecedentes penales de cada individuo, promulgar leyes que garanticen la seguridad en el almacenamiento de esas armas y las alertas pertinentes.
Debemos acabar con la inmunidad de la que disfrutan los fabricantes de armas, que les permite evadir responsabilidades, hacer frente a la crisis por problemas de salud mental y profundizar en las consecuencias del trauma de la violencia armada. Estas son medidas racionales y de sentido común», destacó el presidente estadounidense.
El discurso de Biden ha tenido como antesala el último tiroteo que se registró el 1 de junio, en un hospital en Tulsa, Oklahoma, donde murieron cinco personas, incluido el perpetrador del ataque. Los recientes tiroteos masivos han puesto nuevamente sobre la palestra pública el debate de larga data sobre el control de armas en el país.
Una próxima decisión de la Corte Suprema, sin embargo, podría socavar los esfuerzos para promulgar nuevas restricciones. Se espera que, a finales de este mes de junio, los jueces se pronuncien sobre las restricciones de Nueva York para portar armas de fuego ocultas en público.
Los defensores del control de armas temen que un fallo a favor de los demandantes pueda dejar la escena lista para que se revoquen otras restricciones de armas promulgadas a nivel estatal.
