Cambios en la DEA luego de persistentes críticas

Cambios en la DEA

El secretario de Justicia William Barr instaló más cambios en la DEA. Nombró al cuarto director interino en cinco años: Tim Shea.

Antilavadodedinero / diariolasamericas.com

Es una agencia con la misión crucial de proteger las calles de Estados Unidos del narcotráfico, pero en años recientes, la DEA ha necesitado protegerse de sí misma: con varios agentes acusados de corrupción y la agencia envuelta en los escándalos.

Esta semana hubo más alteraciones, luego de que el secretario de Justicia William Barr instaló al cuarto director interino de la DEA en cinco años: Tim Shea, el fiscal federal en Washington que recientemente encabezó la controversial gestión para anular los cargos contra el exasesor de seguridad nacional Michael Flynn.

Barr había buscado conseguirle un nuevo puesto a Shea, cuyo término como fiscal federal iba a concluir en junio, a menos que ocurriera una improbable extensión por parte de la corte federal en Washington, pero al hacerlo, encontró un blanco fácil en Uttam Dhillon, que atrajo crecientes críticas en sus menos de dos años como el máximo funcionario antidrogas del país.

Muchos agentes de campo se quejaron de que Dhillon, un ex fiscal federal de Los Ángeles, era más burócrata que líder, carecía de experiencia y, como administrador interino que nunca fue confirmado, de la autoridad necesaria para implementar reformas significativas.

“Si no eres de la agencia, te toma tiempo entender cómo funcionamos, dónde trabajamos y cuáles son nuestros problemas”, dijo Jack RileyI, un ex viceadministrador de la DEA.

Dhillon heredó algunos de los problemas del gobierno de Barack Obama luego de que la última administradora previa de la agencia, Michelle Leonhart, renunció en 2015 en medio de cuestionamientos del Congreso sobre su manejo de señalamientos de mala conducta de agentes relacionadas con fiestas sexuales organizadas por cárteles en Colombia.

“Después de eso, el control se volvió mucho más centralizado y la cultura interna menos arriesgada”, dijo Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA. “Pero para hacer este trabajo necesitas confiar en tus agentes en el terreno”.

Desde 2015, al menos una decena de agentes de la DEA en todo el país han sido acusados en cortes federales bajo cargos que van desde fraude en el que se utilizaron medios electrónicos hasta venta de armas a narcotraficantes, de acuerdo con una revisión de The Associated Press de centenares de documentos de los tribunales. Al menos ocho de esos agentes han sido declarados culpables, mientras que otros cuatro esperan juicio.

El año pasado hubo uno de los principales cambios que impulsaron cambios en la DEA un veterano agente especial en Chicago se declaró culpable de infiltrar la DEA a nombre de narcotraficantes y fue sentenciado a cuatro años en prisión federal, mientras que otro fue acusado de aceptar 250.000 dólares en sobornos para proteger a la Mafia. En febrero de este año, un jurado investigador federal en Tampa imputó al alguna vez destacado agente de la DEA José Irizarry por acusaciones de haber usado secretamente su posición para desviar millones de dólares producto de la droga del control de la DEA.

Dhillon “llegó muy, muy poco preparado”, dijo Riley y deja una agencia que ha sido “un lugar disfuncional por un tiempo”.

Como parte de la reestructuración de esta semana, Dhillon fue trasladado a esta semana a lo que funcionarios dijeron era una posición alta en el Departamento de Justicia.

Aunque las presiones sobre Dillon habían estado aumentando desde hace tiempo, las dudas más recientes surgieron a raíz de una fallida operación militar el 3 de mayo en Venezuela por un contingente dispar de voluntarios entrenados por estadounidenses que tratarían de detener al dictador Nicolás Maduro, de acuerdo con cuatro exfuncionarios del orden de Estados Unidos que tienen contacto con autoridades del Departamento de Justicia. Las fuentes hablaron a condición de preservar el anonimato.

El gobierno de Maduro acusó a dos presuntos informantes de la DEA de proveer apoyo logístico a los mercenarios, aunque no hay evidencia de que el gobierno de Estados Unidos haya tenido un papel en la misión.

Aun así, han surgido interrogantes en el Congreso y en los niveles más altos de la administración sobre qué sabía la DEA —y otras agencias de inteligencia y del orden— sobre Jordan Goudreau, un exboina verde que se atribuyó responsabilidad por la incursión armada.

Como parte de esas pesquisas, Dhillon reportó que la DEA no sabía nada del asunto, según uno de los exfuncionarios.

Sin embargo, el 6 de mayo, la AP —citando a dos exfuncionarios del orden de Estados Unidos— reportó que un informante había contactado a la DEA en Colombia con una pista sin fundamento sobre la presunta participación de Goudreau en contrabando de armas. La agencia antidrogas, que no sabía entonces quién era Goudreau, no inició una investigación formal, pero sospechó que cualquier cargamento de armas estaría destinado a rebeldes izquierdistas o pandillas criminales en Colombia, no a combatientes rebeldes en Venezuela.

Dhillon y la DEA refirieron los pedidos de comentarios al Departamento de Justicia, que se limitó a decir que el asunto de Venezuela no tuvo nada que ver en el reemplazo de Dhillon. “Publicar algo en otro sentido sería publicar una historia falsa”, dijo Kerri Kupec, vocera del departamento.

Kupec declinó responder preguntas escritas sobre una serie de asuntos sobre el liderazgo de Dhillon, incluso qué sabía la DEA sobre Goudreau y la operación en Venezuela.

Dhillon no mencionó su inminente salida del puesto en una entrevista reciente con la AP. Un correo electrónico de despedida enviado a su nombre el lunes resaltó varios logros durante su mandato.

“Hemos aumentado el número de agentes que pasan por la academia por primera vez en más de ocho años, ayudado a reducir el número de muertes por sobredosis de drogas por primera vez en más de dos decenios y puesto tras las rejas a algunos de los mayores criminales del mundo ”, de acuerdo con el mensaje, que fue compartido con la AP por uno de los destinatarios.

Exfuncionarios de la DEA dijeron que el nombramiento de Shea es una oportunidad para que se hagan cambios en la agencia, pero advirtieron que algunos problemas no podrán ser resueltos hasta que se nombre un administrador permanente.

“El entiende algunos de los asuntos que enfrentamos”, dijo Riley, “y habiendo sido recientemente un fiscal federal, tengo esperanzas”.

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